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TRAS AUTORIZAR LA INGESTA DE INSECTOS PARA HUMANOS

La moda de comer insectos llega a Suiza: ¿comerías tú hamburguesas de gusano?

Suiza, el país de los bancos, el queso y el chocolate ya tiene entre sus posibilidades gastronómicas… los insectos. Varias empresas ofrecen incluso hamburguesas o albóndigas de gusano, tras levantarse la prohibición alimentaria sobre los insectos para el consumo humano.

Los gusanos de la harina, autorizados para el consumo humanoRichard Chambers | Wikimedia

Una vez que las autoridades suizas levantaron las restricciones a la venta de insectos o de alimentos a base de insectos para el consumo humano, las tiendas de comestibles, colmados y supermercados han visto en lo exótico un negocio.

No en vano, los gusanos de la harina (larvas de escarabajo), saltamontes y grillos –las tres especies autorizadas- se pueden vender justo al lado de las estanterías donde despachan carnes como el pollo, la ternera o el cerdo.

Y no solo se espera que triunfen como aperitivo, sino que ya se incorporan como manjar de bocadillos y hamburguesas, por ejemplo, siempre que cumplan las normas de seguridad alimentaria.

Antes de principio de este año, para servir este tipo de alimentos -bichos- era necesario disponer de una licencia o autorización especial, aunque desde diciembre la administración suiza relajó sus requisitos. Así, pasaron de ser comida para alimentar mascotas a formar parte de los estantes de los supermercados.

Algunas cadenas de restauración en Suiza ven la oportunidad para ampliar su oferta con hamburguesas y albóndigas de gusanos o bien vender, por ejemplo, grillo en polvo, para enharinar esos u otros alimentos (faláfel, croquetas, etc.).

Tal parece ser la moda que algunas franquicias anuncian desplegar su gama de productos en más de un centenar supermercados e incluso crear una producción propia en criaderos de insectos para luego congelarlos o desecarlos.

Suiza es uno de los países europeos pioneros en legislar sobre el consumo humano de insectos (otro de ellos es Bélgica). Este tipo de alimentación parece algo extravagante, pero cuenta con controles sanitarios similares al resto de alimentos.

No en vano, la legislación suiza prohíbe criar, por ejemplo, bichos en casas o jardines para la posterior ingesta familiar, pero sí regula su producción industrial.

Existen 2.000 millones de personas en todo el mundo –sobre todo en Asia- que comen insectos dentro de su dieta habitual, según informes de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Algunos estudios incluso señalan que las larvas de escarabajos, langostas o grillos son una alternativa saludable y sostenible frente a la carne de otros animales. Hablan de sus proteínas y del indudable ahorro en agua para su crianza frente a la ganadería tradicional.

Queda por ver si llevarse a la boca un gusano se acepta en el país de los quesos y el chocolate.

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