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RECIBOS DE LUZ IMPOSIBLES DE PAGAR

Pobres energéticos invisibles

Cuatro millones de hogares españoles no pueden hacer frente al recibo de la luz y del gas en invierno, un fenómeno de pobreza energética aún poco visible en España. El Congreso debate esta semana la prohibición de cortar la luz, el gas o el agua para familias sin recursos.

El recibo de la luz antena3.com

Países como Francia o Reino Unido aplican en los meses de invierno una tregua al frío. El país galo prohíbe desde 2006 los cortes de luz, gas y agua para calefacción entre los meses de noviembre y marzo para las familias con menos recursos.

En España empieza ahora a abrirse el debate sobre la necesidad de proteger a los cuatro millones de hogares españoles que no pueden asumir el pago de los recibos de luz y gas, o que deben dedicar más del 10% de sus ingresos a satisfacer sus necesidades energéticas, según el estudio que la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) realizó en 2012. Este organismo es de los pocos que se han dedicado a estudiar el fenómeno de la pobreza energética, un concepto sobre el que apenas existen referencias en España.

Para esta organización, que tiene previsto publicar un nuevo estudio el próximo mes de febrero, la primera solución a la pobreza energética es una medida paliativa de emergencia, con organizaciones no gubernamentales que asumen el pago de los recibos de las familias que no pueden pagar, en un contexto de continuas subidas en el recibo de la luz que ha hecho escalar a España hasta el primer puesto europeo en el incremento de la tarifa. El precio de la electricidad ha subido un 63% entre 2003 y 2011.

El Congreso ha abierto un debate sobre si se deben prohibir los cortes de luz, gas y agua en invierno por impago. Encima de la mesa también está la aplicación de un IVA reducido (10%) al suministro doméstico de luz y gas. Los expertos batallan por hacer visible el problema de los pobres energéticos, un fenómeno que según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) y la Encuesta de Condiciones de Vida (EVC) sigue en aumento.

A largo plazo, “la única solución es mejorar las viviendas, el modelo idóneo sería desarrollar las casas pasivas”, comenta José Luis López, miembro de ACA. López se refiere al estándar alemán Passivhaus, uno de los más exigentes sobre viviendas eficientes. El modelo garantiza la construcción de edificios cuyo consumo es casi cero gracias a un óptimo aislamiento y a un sistema de filtros que no solo reducen al mínimo las necesidades energéticas sino que elevan el confort dentro de la vivienda. En estas casas, la demanda de energía se alimenta con renovables.

La medida “permite una escasa demanda de energía y hace que los hogares sean más independientes cuando el recibo sube”. En España existen por el momento siete vivienda pasivas. Hasta que este estándar se instale aquí, los expertos recomiendan atacar la raíz del problema, un parque de viviendas muy ineficiente, con el 40% del parque inmobiliario construido sin ningún tipo de estándar de aislamiento, cuya primera norma data de 1979. Eso sí, cualquier medida para la rehabilitación energética debe tener “un carácter social, con un diseño de políticas a gran escala, que evitaría costes sanitarios”, matiza López, en referencia al impacto del frío en la calidad de vida, en la salud y en la esperanza de vida de las personas.