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LO HACE PORQUE TE QUIERE
Es algo que la mayoría de los que conviven o han convivido con un gato han visto alguna vez: estás cubierto con una manta, por ejemplo, y el compañero animal se aproxima a ti hasta que se detiene frente a tu regazo. Levanta una patita y la apoya, alza la otra y lo repite.
Así sucesivamente, como si estuviera andando muy despacio y con suavidad sobre una cinta de correr invisible. Cuando se da por satisfecho, se detiene, maulla y probablemente se adormila. No siempre es exactamente así, pero el caso es que camina figuradamente sobre ti, o sobre la manta, durante unos adorables segundos.
Es un comportamiento que, según los expertos, pueden tener varias explicaciones. En primer lugar, podría tratarse de una costumbre heredada de sus ancestros salvajes, que quizá lo hacían para mullir e inspeccionar el terreno donde iban a dormir. Tal vez con sus patas trataban de acomodar un lecho de hojas (o la manta, en la versión doméstica) o de comprobar si alguna sorpresa desagradable acechaba bajo el manto vegetal.
Otra posibilidad es que los gatos, al restregar sus extremidades delanteras, estén tratando de dejar su olor y marcar su territorio. De ser así, cuando tu gato se acerque y apoye alternativamente sus patitas sobre tu regazo, deberías sentirte complacido y orgulloso: significa que se encuentra a gusto y que te valora, pues pretende transmitir cierta sensación de pertenencia a través de dicho gesto.
También podría perseguir un objetivo algo más práctico. Otra teoría es que el hábito lo adquieran nada más nacer, como una forma de estimular las glándulas mamarias de sus madres para obtener más leche.
Obviamente no va a funcionar contigo (ni con la manta), pero puede que sencillamente esté arrastrando una conducta infantil a su edad adulta, lo cual, en principio, no tiene nada de malo.
En cualquier caso, no dudes que ese levantar y apoyar las patas sobre tu regazo es algo cariñoso, muestra de afecto y de que el gato se está encontrando cómodo a tu lado. Así que debería alegrarte que lo haga, al menos si las uñas de tu compañero están lo suficientemente bien cuidadas como para que su amable acercamiento no suponga un problema.