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CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Por qué algunos veranos hay más mosquitos que otros

Temperaturas más elevadas de la normal o un alto índice de lluvias provocan que estos insectos se reproduzcan y sobrevivan más durante la primavera y la temporada estival.

Mosquito Onda Cero

Llega el verano y con él las temidas picaduras de los mosquitos. Sin embargo, no todas las temporadas estivales son iguales en cuanto a la cantidad de insectos que pululan a nuestro alrededor. En ello influye el tiempo y las condiciones atmosféricas con que nos sorprenda cada primavera y verano.

Los mosquitos son muy sensibles a su entorno, por lo que pequeños cambios en la temperatura o las lluvias pueden marcar la diferencia. Donde más a gusto se encuentran es en entornos cálidos y húmedos.

Al igual que la mayoría de los insectos, son de sangre fría, por lo que su temperatura corporal, a diferencia de los humanos, se aproxima mucho a la temperatura del ambiente que los rodea. Así, el calor les garantiza un buen entorno para reproducirse y desarrollarse.

Para que la mayoría de las larvas crezcan, la temperatura debe estar, dependiendo de cada especie, entre 7 y 16 ºC. Además, al ser acuáticas, necesitan lugares con agua estancada (como, por ejemplo, una maceta) para llegar a ser adultas.

Esto significa que las temperaturas frías o los entornos secos durante el desarrollo de las larvas en la primavera y el comienzo del verano reducen drásticamente la cantidad de mosquitos adultos una o dos semanas más tarde.

Así, se podría pensar que las temperaturas invernales típicamente bajas impiden que las especies de insectos tropicales (las más letales) se establezcan en las áreas más cercanas a los polos con inviernos fríos; sin embargo, esto está cambiando.

El calentamiento global está haciendo que la distribución de insectos se modifique y aumenten donde antes no eran comunes. Por ejemplo, entre 2016 y 2018 se encontraron mosquitos tigres asiáticos en Windsor, Ontario, cerca del punto más meridional de Canadá, lo cual, según concluyeron expertos, podría conllevar un problema de salud en el futuro para los climas del norte, al ser un insecto transmisor de enfermedades como el dengue y el zika.

Conocer en qué condiciones los mosquitos y demás insectos se encuentran más confortables nos ayudará a adelantarnos a sus movimientos a causa del cambio climático y también a determinar su impacto en sus hábitats en el futuro.