Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
SUPERVIVENCIA BUCÓLICA
Las mariposas son insectos herbívoros, por lo que, a diferencia de los que se alimentan de carne, su dieta carece de sodio. Para suplir esta carencia, se nutren de las lágrimas de las tortugas, que contienen este mineral. Este fenómeno ha sido documentado en la selva del Amazonas, con las tortugas de río Taricaya y las mariposas “Dryas Iulia”.
Así es, las tortugas lloran pero no por melancolía o tristeza, de hecho, muchos animales lloran. Algunos de ellos, como los cocodrilos lo hacen para mantener húmedos sus ojos al encontrarse fuera del agua.
Las tortugas, como animales carnívoros, adquieren sodio a través de su dieta, que contiene importantes niveles de sal. Esta sustancia contenida en sus lágrimas es muy valiosa para las mariposas, pues no se encuentra fácilmente en la naturaleza, según Phil Torres, del Centro de Investigaciones Tambopata en Perú. El científico asegura que el sodio que beben puede ser utilizado para volar más rápido o para la producción de huevos.
Este fenómeno se conoce como lacrifagia y por el momento está poco documentado por la comunidad científica. Sin embargo, sí existen estudios más certeros que demuestran que las mariposas suelen buscar minerales en orillas de los ríos, en los charcos e, incluso, pueden obtener sal de la orina y del sudor.
Por el momento no se ha determinado si las tortugas reciben algún beneficio de esta interacción, pero podría tratarse de unas de las manifestaciones de simbiosis más bellas de la naturaleza.