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VIDA ADULTA: NADA ES COMO ANTES

Seis razones por las que las resacas duran más de un día cuando pasas de los 30

La deshidratación, el desarrollo de alergias y el tipo de alcohol que bebas son algunas de las causas que alargan terriblemente esas resacas que no tenías a los 20 años

Se te ha ido de las manos, y ya no es como antesPixabay

Antes te bebías el Nilo, ibas de empalmada al trabajo y no dudabas en echar dos o tres rondas cualquier día entre semana. Total: a la mañana siguiente atendías tus quehaceres como si nada.

Pero ahora lo estás notando: con el paso de los años tu cuerpo se resiente mucho más ante una noche de fiesta rehogada con bebidas espirituosas. Las resacas se convierten en prolongadas horas de nauseas, dolor de cabeza y estómago y ansiedad que a veces duran varios días.

¿Pero qué nos está pasando? Se suele decir que la intensidad y duración de las resacas va de la mano con la cantidad de alcohol que bebemos, pero hay otros factores que influyen en que a partir de los 30 tengas que soportarlas durante varios días.

1. No bebes suficiente (agua)

El alcohol tiene un efecto diurético, de modo que cuando ingerimos abundantes cantidades podemos acabar deshidratados. La pérdida masiva de líquidos, minerales y electrolitos puede ralentizar la velocidad a la que el cuerpo se desintoxica, de ahí a que los resquicios de los litros de alcohol corran por nuestras venas a sus anchas durante muchas más horas.

Para paliar estos efectos sigue aquel consejo que habrás escuchado a tu abuela en más de una ocasión: por cada vaso de alcohol que te bebas tómate también uno de agua. Si ya es demasiado tarde y has hecho caso omiso a este remedio, todavía hay otra opción: a primera hora de la mañana, añade un poco de sal y limón a un vaso de agua y bébetelo del tirón, porque eso te ayudará a reponer la pérdida de electrolitos.

2. Sueños interruptus

A medida que envejecemos la falta de sueño nos afecta mucho más. Nos cuesta concentrarnos, reduce nuestra memoria y, sobre todo, nuestra fuerza física. Vaya, que te pasas el día como alma en pena bostezando y sintiendo todos tus músculos agarrotados y contracturados.

Y a partir de los 30 una buena borrachera no te ayuda en absoluto a dormir a pierna suelta. Al contrario. Los efectos del alcohol interrumpen tu descanso y no eres capaz de ‘dormir la mona’ del tirón. Ahí está el trágico ciclo: cuanto más bebes, peor duermes, y estás más cansado durante los días siguientes.

3. Le das a los alcoholes oscuros

La causa de la resaca reside en unas sustancias residuales que se generan simultáneamente al proceso de ingesta de alcohol. Probablemente no las conozcas, así que te las presentamos: los congéneres (entre los que se encuentran el metanol, la histamina, el acetaldehído y diversos polifenoles) se descomponen en nuestro cuerpo intoxicándonos durante las horas siguientes.

Ojo al dato: las bebidas espirituosas menos destiladas y de color más oscuro contienen más congéneres. Así, los alcoholes vinculados con peores resacas –por orden de dureza– son el coñac, los vinos tintos, el ron y el whisky. A partir de los 30, decántate por el vino blanco, el vodka y la ginebra. Notarás la diferencia.

4. Te afecta el doble

A medida que pasan los años, nuestras células también envejecen y no tienen la misma capacidad para procesar y eliminar las toxinas que cuando teníamos 20 años. Asúmelo: si antes te tomabas seis copazos y amanecías como una rosa, a partir de los 30 esa misma cantidad te sienta como si hubieses tomado el doble.

5. A la vejez, intolerancias

Cada vez más personas desarrollan intolerancias a determinados alimentos y se vuelven más sensibles a los químicos de muchos productos de consumo habitual. Hasta ahora no lo habías notado, pero puede que, en cierto modo, estés empezando a ser alérgico a algunos alcoholes.

Por ejemplo, la cerveza contiene mucha levadura y azúcares procesados y el vino contiene sulfitos complicados de digerir. Los síntomas suelen aparecer a las 24 o 48 horas, justo el momento en el que estás pasando esa terrible resaca.

6. No has cenado

Como se suele decir, hay que comer algo ‘que empape’, y no lo haces. Alrededor del 75% del sistema inmunológico depende de nuestro intestino, y cuando bebemos mucho acabamos con las bacterias buenas que viven allí, encargadas de que nuestras digestiones sean fabulosas, y vamos debilitando su función inmune.

Vayas a salir o no, mantener una alimentación adecuada para fortalecer tu intestino, te hará más resistente a las peligrosas e insoportables resacas de la vida adulta.

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