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MILES DE PERSONAS AÚN NO HAN PODIDO VOLVER A CASA
Yotaro Hatamura fue presidente de la Comisión de Investigación sobre el accidente en las centrales nucleares de Fukushima. Hoy, invitado por la Fundación Ramón Areces, ha estado en Madrid explicando su visión personal sobre lo aprendido. Algunas de sus conclusiones pueden ser alarmantes, aunque quizá no por las razones que cupiera esperar. Hatamura ha afirmado hoy que unas 750 personas murieron por culpa del accidente durante el año y medio posterior a la catástrofe nuclear que sobrevino tras el tsunami que arrasó Japón en 2011. En los seis meses posteriores, según Hatamura, “aún muere una persona al día como consecuencia del accidente de Fukushima”. Pese a lo que la intuición pudiese decir, el profesor de la Universidad de Tokio aclara que no se ha comprobado que ninguna de esas muertes haya sido provocada por la radiación. “Mueren porque no pueden volver a casa”, ha asegurado.
Hatamura ha afirmado que estas personas están recibiendo indemnizaciones del Gobierno, pero no ha sido capaz de concretar cuáles son los motivos por los que estas víctimas de Fukushimahan percibido sus compensaciones, lo que demuestra la escasa información que aún persiste sobre este desastre. “Son cambios generales en la fisiología que no están determinados”, ha dicho de manera críptica atribuyendo el mal al hecho de que están fuera de sus hogares. En general, Hatamura ha puesto énfasis en la gravedad del accidente nuclear de Japón y en el hecho de que está lejos de poder considerarse resuelto, pero ha señalado como principal problema para la salud al estrés psicológico que causó la catástrofe.
Los riesgos de la nuclear
Este estrés ha cambiado la forma de los japoneses de ver la energía nuclear y es posible que, según Hatamura, transforme la forma de producir y consumir electricidad en el país. “La gente aún no puede volver a sus casas y no sabemos cuándo podrán hacerlo”, explica. Además, el profesor duda de que sea posible volver a producir energía en Fukushima. No obstante, cree que con el paso del tiempo y cuando se tenga que optar entre una electricidad escasa y el riesgo de la nuclear, las opiniones quizá varíen. En cualquier caso, cree Hatamura, lo que es imprescindible es que, si se va a seguir desarrollando la energía nuclear, se haga teniendo en cuenta que tiene riesgos. “El Gobierno siempre dijo que era del todo segura y el accidente hizo patente que esto no es así”, ha aseverado. “Entonces la gente creyó al Gobierno sin pensar por sí misma porque era la opción más fácil, y eso no debería ser así en el futuro”, ha añadido. “Además de prepararnos para evitar catástrofes, deberíamos prepararnos para actuar en caso de que sucedan, algo que no se hizo en Fukushima y perjudicó la gestión del accidente”, ha añadido.
Por último, Hatamura ha afirmado que en su opinión, entre las lecciones de Fukushima no se encuentra la necesidad de endurecer la regulación sobre las centrales nucleares. “La regulación, pese a lo que mucha gente piensa, no es lo mejor para lograr seguridad”, ha opinado. Y ha insistido en la necesidad de una sociedad crítica como requisito para poder contar con un sistema de generación de energía razonable que asuma los riesgos que sean necesarios, pero sabiendo que la seguridad absoluta no es posible.