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CURIOSIDAD
Irnos de viaje a pasar las vacaciones nos quita años de encima, y si tenemos que coger un avión, este efecto tiene parte de verdad. Cuando subimos a un avión, la teoría de la relatividad tiene efectos prácticos sobre nosotros
Irnos de viaje a pasar las vacaciones nos quita años de encima, y si tenemos que coger un avión, este efecto tiene parte de verdad. Cuando subimos a un avión, la teoría de la relatividad tiene efectos prácticos sobre nosotros, y es que afecta a nuestro envejecimiento.
Ya decía Einstein que el tiempo no es universal, y los viajes en avión son una de las demostraciones. Se puede resumir este principio científico en que cuanto más rápido te mueves, más lento pasa el tiempo para ti. Mientras estabas volando camino a tu destino vacacional, envejeciste menos que cualquier persona que se quedara en tierra.
No solo afecta la velocidad, sino que también entra en juego la gravedad. En un campo gravitatorio fuerte, como la superficie de la Tierra, el tiempo avanza más despacio que en uno más débil. Cuanto más alejados del suelo terrestre, más se acelerará el tiempo.
Este efecto se da a una escala minúscula. Para ralentizar un segundo a la altura y velocidad que van los aviones comerciales, deberíamos recorrer casi 40 millones de kilómetros. Si voláramos en el espacio exterior, este efecto sería más pronunciado. Este efecto explica cómo cuando miramos a través de un telescopio, estamos mirando al pasado.