Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
TE LO CONTAMOS
Se trata de una droga que ha tomado cierta relevancia en los últimos años.
En una reciente entrevista que concedió este pasado lunes el multimillonario Elon Musk reveló una información que ha llamado la atención de mucha gente. El empresario aseguró que consumía ketamina, una droga que según él le recetan para tratar su "estado de ánimo negativo" y sugirió que tomar el medicamento ha sido beneficioso para los inversores de sus empresas.
Durante esta conversación afirmó que "hay momentos en los que tengo una especie de... estado químico negativo en mi cerebro, como depresión, supongo, o depresión que no está relacionada con ninguna noticia negativa, y la ketamina es útil para salir del estado de ánimo negativo".
Tal y como mencionaba Elon Musk, toma una pequeña cantidad una vez cada dos semanas y a veces con menos frecuencia para tratar dicha depresión.
Al contrario de lo que sucede con el cannabis o la cocaína, hay drogas que no proceden directamente de una planta o de un compuesto natural, sino que se crean sintéticamente en laboratorios, habitualmente con fines médicos. Es el caso de la ketamina, que vio la luz por primera vez en 1962.
Se trata de un medicamento analgésico que ha demostrado ser eficaz para inducir la anestesia. Los últimos datos del Journal of Psychopharmacology revelan que el 11% de la población mundial la ha probado alguna vez, y en España, el 0,9% la consume.
Actualmente, la ketamina es utilizada sobre todo en el ámbito veterinario, concretamente como tranquilizante en el proceso preoperatorio de animales de gran tamaño, como caballos.
Una de las razones por las cuales se puede llegar a abusar de esta droga es por sus efectos para tratar la depresión: han sido numerosos los estudios que avalan sus beneficios, aunque las investigaciones son limitadas en cuanto a las dosis, la duración de los tratamientos, la posibilidad de proporcionar un alivio permanente o sus efectos secundarios.
Según el Plan Nacional de Drogas del Gobierno de España, los efectos de la ketamina dependen de la composición, la dosis, el contexto en que se consuma y las características del consumidor.
En dosis bajas, produce efectos similares a los de borrachera por alcohol, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar o visión borrosa. En dosis elevadas, sin embargo, puede provocar delirios, alucinaciones, pérdida de la noción del espacio y del tiempo y distorsión de la realidad. Por último, a largo plazo, úlceras y dolor de vejiga, problemas de riñón, dolor de estómago, depresión y pérdida de la memoria.
Se trata de una droga que, además, se combina con otras sustancias como el alcohol o la cocaína. Esto aumenta el riesgo de sufrir una sobredosis, ya que puede provocar depresión respiratoria o apnea.