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TE SORPRENDERÁ
Tus manos también son los mayores focos de infecciones.
¿Te lavas las manos cada vez que vas al baño? ¿Y antes de manipular alimentos? Sé sincero.
En realidad, este es un tema recurrente que se ha estudiado en numerosas ocasiones. Ahora, el Consejo de Información sobre Seguridad Alimentaria de Australia ha publicado su último informe sobre los hábitos de lavado de manos del país. En él se ha descubierto que el 19% de los australianos no se lava las manos cada vez que va al baño. Cerca de la mitad (42%) admite que no siempre se lava las manos antes de manipular alimentos.
Los datos concuerdan a la perfección con las tasas mundiales recogidas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Justamente, se habla de que, en todo el mundo, hay un 19% de personas que no se lavan las manos después de ir al baño. Y esto hace referencia solo al hecho de lavar las manos con agua. Si nos fijamos en las personas que también usan jabón, las cifras son aún más drásticas. Y es que alrededor del 33% de las personas en todo el mundo se lavan las manos siempre sin jabón.
El nuevo informe examinó las prácticas de lavado de manos de 1229 personas. Los resultados coincidieron con los de encuestas similares.
Una vez más, las mujeres se lavan más las manos después de ir al baño, aunque solo por poco (el 80% de los hombres dice que lo hace siempre, frente al 83% de las mujeres). Solo el 55% de los hombres se lava las manos antes de tocar los alimentos, en comparación con el 62% de las mujeres.
La edad también parece tener un efecto. El 69% de las personas menores de 34 años se lava las manos cada vez que van al baño. A partir de los 65 años, ese porcentaje se eleva al 86%.
La orina y las heces contienen millones de gérmenes, especialmente las heces, que tienen más de 100 mil millones de gérmenes por gramo.
Cuando usas el baño y tocas superficies, contraes gérmenes. Las personas que se saltan el paso de lavarse las manos al salir se llevan esos gérmenes consigo al salir y los depositan en cada superficie que tocan después.
Es posible que no caigas enfermo, pero aumentas la propagación de bacterias. Esto puede aumentar el riesgo de infección y enfermedades para otras personas, sobre todo aquellas con sistemas inmunológicos más débiles, como las personas mayores o pacientes de enfermedades como cáncer.