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LA DIGESTIÓN
Para hacer la digestión, nuestro estómago segrega distintos ácidos, los cuales permiten digerir los alimentos. ¿Cómo es posible que estos jugos no salgan por el organismo?, ¿cómo se protege el estómago? y lo más importante cómo nuestro estómago no se autodigiere. Te lo contamos
Alguna vez, hemos podido pensar cómo es posible, qué el estómago, ese órgano interno que nos ayuda a digerir lo que comemos, mezclándolos con los jugos digestivos y convirtiéndolos en líquido diluido, no se autodigiere, cuando no este con alimento. Recordamos que, dentro de esta parte, se generan gran cantidad de ácidos que pueden ocasionar irreparables daños a nuestro organismo ocasionándonos un gran número de lesiones.
Explicación
El ser humano produce al día alrededor entre 1,5 y 2,5 litros de estas acidas sustancias, que nos permiten, disolver y descomponer toda la infinidad de alimentos posibles que conocemos. A pesar de su fuerza, acidez y potencia, estas sustancias no traspasan más allá de una zona concreta de este órgano, ya que existen ciertas barreras naturales que impiden que estos ácidos circulen por nuestro organismo provocándonos desajustes.
En primer lugar, una capa de moco alcalino, que lo recubre por el exterior del órgano, esta sustancia blinda física y químicamente a estas sustancias. Otra de las grandes defensas, son las células epiteliales de su cara interna, que se renuevan continuamente protegiéndolo y sirviendo como aislante, formando una tupida capa de estos elementos para evitar la expulsión de sus estos líquidos perjudiciales.
Además, nuestro propio cuerpo controla y regulariza la creación y existencia de estos ácidos del jugo gástrico, para que intervengan solo y exclusivamente, cuando exista gran cantidad de elementos o de comida albergada en el interior, por lo tanto, nuestro estómago no segregar estos líquidos continuamente, genera diversas formas que posibilitan la protección de nuestro organismo creando estas barreras seguras para nosotros y en definitiva no se autodigiere.