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SEGÚN UN EXPERTO
En ocasiones, muchas de las funciones de la piel se pasan por alto. Sin embargo, al ser el órgano más grande del cuerpo, suele verse afectado siempre que alguno de nuestros sistemas no funciona de manera correcta.
Puede que desconozcas este dato, pero la piel representa alrededor del 15% de nuestra masa corporal, convirtiéndolo así en el órgano más grande y visible del cuerpo humano.
La piel actúa como un protector solar, un escudo contra los gérmenes, una reserva de vitamina D y un medio para regular estrictamente la temperatura corporal, y en la mayoría de las ocasiones, solemos pasar por alto todas estas funciones.
Al ser el más visible de nuestros órganos, la piel también nos ofrece una visión de los tejidos corporales que protege. Así que, pensar en la piel simplemente desde el punto de vista estético es un error. Hay que considérala como un reflejo de nuestra salud. Los trastornos del intestino, la sangre, las hormonas e incluso el corazón pueden aparecer primero en la piel en forma de erupción. Te contamos los detalles.
Dan Baumgardt, profesor de la facultad de Fisiología, Farmacología y Neurociencia, Universidad de Bristol, cuenta en el medio Science Alert cuáles son algunas de las enfermedades de las que te alerta tu piel y a las que debes prestar atención.
Aunque las picaduras de garrapatas no te producen ninguna enfermedad, sí provocan una erupción mayor en la piel, por lo que deberías acudir al médico si la detectas.
El eritema migratorio, una erupción llamada así por su capacidad de expandirse rápidamente por la piel, es un sello distintivo de la enfermedad de Lyme, una enfermedad bacteriana potencialmente grave. Esta erupción se distingue muy fácilmente ya que tiene aparece como forma de diana en la piel.
Si te pica una garrapata, estate atento durante algunas semanas después de la picadura para comprobar que esta erupción no aparece.
La púrpura se refiere a una erupción de pequeños puntos morados o rojos y la causa es la acumulación de sangre en una capa más profunda de la piel.
La púrpura indica un problema con las paredes de los pequeños vasos sanguíneos que alimentan la piel. Esto podría deberse a una deficiencia de plaquetas, una insuficiencia de la médula ósea o una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo se vuelve contra sí mismo y ataca a sus propias células.
En el peor de los casos, la púrpura puede indicar una afección potencialmente mortal, septicemia, en la que una infección se ha extendido al torrente sanguíneo, tal vez desde los pulmones, los riñones o incluso desde la propia piel.
Las arañas de piel son erupciones se deben a un problema dentro de las arteriolas de la piel, las cuales se abren y cierran para controlar la perdida de calor del cuerpo. Sin embargo, en ocasiones, pueden quedarse atascadas y tomar la forma del cuerpo de una araña.
A menudo, estas son benignas y no están asociados con ninguna condición específica, especialmente si solo tienes una o dos. Sin embargo, más de tres podrían deberse a niveles circulantes más altos de la hormona estrógeno, normalmente debido a una enfermedad hepática o a los cambios hormonales observados durante el embarazo.
Los cambios en los pliegues de la piel, especialmente si se vuelven más gruesos y aterciopelados al tacto, pueden sugerir una afección conocida como acantosis nigricans. Esta apariencia de piel de "terciopelo negro" es más común en las pieles más oscuras.
Por lo general, la enfermedad se asocia con trastornos del metabolismo, concretamente con diabetes tipo 2 y síndrome de ovario poliquístico. Si cualquiera de estas condiciones se trata con éxito, la erupción puede desaparecer.
En casos raros, también puede ser un signo de cáncer de estómago, lo que debe considerarse en pacientes con pocos o ninguno de los signos clave de enfermedad metabólica.
Un deterioro en la actividad del corazón también puede verse reflejado en la piel. En estos casos, la respuesta natural del cuerpo es preservar el volumen sanguíneo central, cerrando el flujo hacia la piel.
Si esto ocurre, es probable que se produzca una erupción de color rojo púrpura en la zona de las mejillas y el puente de la nariz con una forma similar a las de las alas extendidas de una mariposa. Esto se conoce como facies mitral y, dependiendo de la magnitud del daño en el corazón, puede persistir a pesar del tratamiento.