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¿ES SANO?
Existen fundamentos médicos que sostienen que no deberíamos orinar mientras nos duchamos.
El debate de si orinar en la ducha es higiénico o no, lleva estando presente en nuestra sociedad desde hace muchos años. Las personas que optan por esta práctica, afirman que lo hacen porque de esa manera ahorran en el consumo de agua, ya que cada vez que se tira de la cisterna se gastan en torno a 6 litros.
Otros casos aseguran que es por optimizar su tiempo, o simplemente porque les entran las ganas de hacer pis justo cuando se introducen a la ducha sin saber la razón. Sin embargo, el hecho de que quieras orinar siempre dentro de la ducha tiene una explicación.
¿Por qué nos entran ganas de hacer pis cuando estamos en la ducha?
Numerosas voces autorizadas en la rama de la uroginecología, apuntan a que esta costumbre de hacer pis en la ducha debemos eliminarla de nuestros hábitos. La doctora Teresa Irwin comparte contenido en su cuenta de TikTok acerca de esta cuestión. Asegura que, si cogemos esta costumbre de mear en la ducha, cada vez que escuchemos un sonido como el del agua al caer, nuestro cerebro lo asociará con el deseo de orinar por el efecto reflejo creado. "No quieras hacerlo siempre, porque lo que sucederá es que cada vez que escuches el sonido del agua, tu vejiga va a querer orinar", afirma Irwin.
Por otra parte, la especialista en terapia del suelo pélvico, Jeffrey – Thomas,indica también en la misma red social que, en el caso de las mujeres, aún puede ser más nocivo mear en la ducha. Lo que sucede es que la anatomía del cuerpo femenino no está preparada para hacer pis de pie, sino para hacerlo sentado o, si es el caso, con las rodillas flexionadas.
Y es que, aunque las mujeres sí que se vean capaces de hacer pis en la ducha con relativa comodidad, lo cierto es que, para ello, fuerzan su suelo pélvico provocando que la vejiga no llegue a vaciarse por completo. Esto puede traer consigo inconvenientes urinarios en el futuro a medio largo plazo.
Por tanto, lo recomendable es orinar en el inodoro antes de meterse a la ducha y si, las ganas vuelven dentro de ella, aguantar ese deseo lo que nos ayudará a que cada día ese esfuerzo nos resulte menor. Además, cambiar este hábito nos va a permitir evitar sufrir en el futuro ciertas fugas de orina involuntarias que se podrían acabar convirtiendo en un problema más serio.
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