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INCREÍBLE HALLAZGO
La agencia espacial estadounidense ya comenzó el desmontaje del mecanismo que alberga la muestra de asteroide más grande que se haya traído a la Tierra.
Osiris-Rex, la misión de la NASA que ha estado siete años en el espacio para recoger muestras del asteroide Bennu, no solo ha traído restos de la gran roca. Los científicos se quedaron sorprendidos cuando abrieron la tapa de la nave y descubrieron que había algo más con lo que ellos no contaban.
Se trata de polvo negro, arena y rocas, tal y como informaba este miércoles la agencia espacial estadounidense. Actualmente, los técnicos encargados de esta tarea se encuentran catalogando cada una de las muestras, así como el polvo de asteroide depositado en su exterior. Este último elemento les permitirá hacerse una idea aproximada de las características minerales, físicas y químicas del objeto, las cuales pueden aportar información imprescindible para comprender el origen del Sistema Solar y de la vida en la Tierra.
Los científicos estiman que la cápsula contiene unos 250 gramos de restos de Bennu. La NASA no ha confirmado todavía este dato. Tampoco ha explicado la naturaleza del polvo oscuro y las partículas que vieron al abrir la tapa de la cápsula. No será hasta el próximo 11 de octubre cuando oficialmente transmitirán para todo el mundo sus primeros hallazgos.
Osiris-Rex llegó el pasado domingo y trajo a la Tierra muestras de Bennu. Es la primera vez en la historia que la NASA lograba un hecho así.
El valor de la muestra de este asteroide radica en que no está contaminada por otras sustancias, lo que podría proporcionar información previamente desconocida. Con el fin de estudiar esta valiosa muestra en condiciones ideales, la cápsula fue transportada el lunes en un avión hacia el Centro Espacial Johnson de la NASA en Texas, donde será resguardada en una sala exclusivamente destinada para su preservación.
Sin embargo, no todos los polvos y rocas de Bennu se usarán para la investigación de manera inmediata. Aproximadamente el 70% de los restos se preservarán, brindando a las futuras generaciones de científicos la oportunidad de responder a las grandes incógnitos del origen del universo con tecnología que hoy ni siquiera podemos imaginar.
Después de cumplir su misión, Osiris-Rex ha sido renombrada como Osiris-Apex y enviada de nuevo al espacio, esta vez para estudiar un asteroide que se acercará a nuestro planeta en tan solo unos años.
Se encargará de inspeccionar el asteroide Apophis, una roca espacial de aproximadamente 366 metros de diámetro que se acercará a 32.187 kilómetros de la Tierra en aproximadamente cinco años y medio.