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EL SEXO INFLUYE
Una investigación planteó lo que sucede si una persona hospitalizada es atendida por hombres o mujeres.
Vas al médico y, en un primer momento, te da lo mismo si quien te atiende es un médico o una médica. Sin embargo, no es lo mismo, o al menos eso concluye una reciente investigación científica. Esta asegura que las probabilidades de morir de un paciente son menores si estos son atendidos por mujeres en vez de hombres.
Publicado en Annals of Internal Medicine, este estudio analiza a 776.927 mayores de 65 años pacientes hospitalizados entre 2016 y 2019 en Estados Unidos bajo la atención del programa Medicare, el servicio público de salud para personas mayores, y atendidos por hospitalistas, médicos que coordinan la atención en pacientes ingresados.
Los resultados mostraron que alrededor de un 10,15% de los hombres y un 8,2% de las mujeres murieron mientras estaban bajo el cuidado de una doctora, frente a un 10,23% y un 8,4% cuando fueron tratados por un médico hombre, una diferencia que describen como "clínicamente significativa".
En cualquier caso, podría pensarse que los resultados de los pacientes no deberían diferir entre médicos y médicas si practican la medicina de la misma manera, tal y como asegura el Dr. Tsugawa, profesor asociado residente en medicina interna general e investigación de servicios sanitarios de la Facultad de Medicina y autor principal del estudio.
Sin embargo, los resultados son diferentes en función de si un médico es hombre o mujer. Pero, ¿por qué? "Lo que indican nuestros resultados es que los médicos de ambos sexos practican la medicina de forma diferente, y estas diferencias tienen un impacto significativo en los resultados de salud de los pacientes", explica Tsugawa.
Además, ya no es solo que la mortalidad era menor si los pacientes eran atendidos por una mujer, es que los investigadores descubrieron que también eran menos propensos a regresar al hospital en un plazo de un mes tras el alta.
Los autores apuntan a varias razones para explicar estas diferencias. La primera de ellas es que los médicos varones pueden subestimar la gravedad de los síntomas en las mujeres. "La subestimación de los síntomas y riesgos entre las pacientes mujeres pueden resultar en una atención incompleta o tardía, conllevando, en última instancia, a unos peores resultados", afirman los autores.
Por otro lado, apuntan que ser tratado por una mujer puede asociarse con una comunicación más efectiva y los pacientes se sientan más cómodos con las médicas, lo que hace que sea más probable que divulguen información importante que conduzca a un mejor diagnóstico y tratamiento.
A pesar de ello, se necesita más investigación sobre esta diferencia en la práctica de la medicina.