CIENCIA

Un estudio científico descubre una relación entre los niveles de colesterol y el Alzheimer

La clave está, según los hallazgos de esta investigación, en la variabilidad de los niveles lípidos en sangre.

Con el aumento de la esperanza de vida, también han llegado dolencias propias de la edad. Una de ellas tiene que ver con las enfermedades neurodegenerativas, cada vez más frecuentes y al mismo tiempo, difíciles de diagnosticar con anticipación. La buena noticia es que los expertos podrían encontrar un aliado inesperado para el diagnóstico temprano: el colesterol.

Según un estudio preliminar que se presentará en las Sesiones Científicas de la Asociación Estadounidense del Corazón de 2024, cuando los adultos mayores presentan fluctuaciones significativas de un año a otro en sus niveles de colesterol sin cambios en la medicación, esto podría indicar un mayor riesgo de desarrollar demencia o deterioro cognitivo.

Esto es importante teniendo en cuenta que el 50,5% de la población adulta española tiene hipercolesterolemia, es decir, niveles de colesterol por encima de 200 mg/dl. Son datos del estudio ENRICA, el cual también apunta que el 46,4% de los que tienen colesterol elevado lo desconocen. Si a esto sumamos que cada año se detectan unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer, el hallazgo resulta fundamental.

"Las personas mayores con niveles de colesterol fluctuantes no relacionados con el hecho de que estuvieran tomando medicamentos para reducir los lípidos, en particular las que experimentan grandes variaciones de un año a otro, pueden justificar un seguimiento más estrecho e intervenciones preventivas proactivas", dijo el autor principal, el Dr. Zhen Zhou.

El proyecto utilizó los datos de los participantes del ensayo clínico aleatorizado ASPirin in Reducing Events in the Elderly (ASPREE) que determinó que la aspirina en dosis bajas no era eficaz para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas en adultos australianos y estadounidenses. Si bien un tercio tomaba medicamentos para reducir el colesterol, ninguno de los casi 10.000 participantes comenzó, dejó o cambió la medicación para reducir los lípidos durante el período de seguimiento.

Todos los participantes eran adultos relativamente sanos sin demencia a quienes se les habían controlado los niveles de colesterol anualmente. Las primeras tres mediciones de colesterol tomadas en el estudio ASPREE se utilizaron para determinar cuánto variaban los niveles de lípidos de cada persona de un año a otro.

Durante casi seis años de seguimiento después de las evaluaciones anuales, 509 participantes desarrollaron demencia y otros 1.760 desarrollaron deterioro cognitivo sin demencia.

En comparación con aquellos que tenían los niveles de colesterol más estables, el estudio descubrió que las altas fluctuaciones en el colesterol total se asociaron con un aumento del 60% en la demencia y un aumento del 23% en el deterioro cognitivo.

"Necesitamos estudios futuros que nos ayuden a comprender la relación entre la variabilidad del colesterol y el riesgo de demencia – añade Zhou -. ¿Son los niveles de variabilidad del colesterol un factor de riesgo real, un precursor o un biomarcador del riesgo de demencia? Una posible explicación es que las fluctuaciones significativas en los niveles de colesterol total y LDL pueden desestabilizar las placas ateroscleróticas, que están compuestas principalmente de colesterol LDL. Esta desestabilización puede aumentar el riesgo de crecimiento de placa, ruptura y posterior obstrucción del flujo sanguíneo en el cerebro, lo que puede afectar la función cerebral".

Los autores destacan que el estudio tuvo algunas limitaciones, entre ellas que las lecturas de colesterol pueden variar por muchas razones, y la conexión entre la variabilidad del colesterol y el riesgo de demencia puede verse afectada por estos factores no analizados. Además, los participantes del estudio eran en su mayoría adultos blancos (96%), por lo que los hallazgos pueden no aplicarse a personas de otros grupos de población. Esto indica que, como estudio observacional, no puede demostrar una relación de causa y efecto entre las fluctuaciones del colesterol y el riesgo de demencia.

"Si las investigaciones futuras confirman una relación de causa y efecto, la reducción de la variabilidad del colesterol podría ser potencialmente un objetivo terapéutico prometedor para la demencia – concluye Zhou -. Es importante destacar que nuestros resultados no deben malinterpretarse como una sugerencia de que reducir el colesterol mediante la modificación del estilo de vida o medicamentos para reducir los lípidos es perjudicial para la salud cerebral".