MEDIANTE UN EXPERIMENTO

Un estudio relaciona cenar más tarde con mayor riesgo de obesidad

Un experimento ha evaluado a un grupo de personas para comprobar cómo puede afectar a la salud cenar a horas tardías. A la ya conocida relación entre la ingesta de alimento por la noche con una mayor probabilidad de engordar, el estudio ha explicado los tres motivos clave.

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No existen unos horarios fijos para los que se pueda comer, aunque normalmente las personas se ciñen a unas franjas horarias concretas. Ya sea por trabajo o por costumbre del hogar, lo cierto es que, al menos en España, se come desde las 13:00 hasta las 16:00, así como cenar, siendo lo más frecuente hacerlo desde las 20:00 hasta las 22:00.

De esta forma, retrasar la hora de cenar puntualmente no supone ningún riesgo para la salud, aunque hacerlo repetidamente está relacionado con sentimientos como la depresión y la ansiedad, además de tener un mayor riesgo de de engordar.

Un estudio a cargo del Brigham and Women's Hospital, y llevado a cabo por Frank Scheer, ha sugerido los tres factores cruciales que explican este hecho: "Queríamos probar los mecanismos que pueden explicar por qué comer tarde aumenta el riesgo de obesidad".

¿Cómo fue el experimento que realizaron?

Para ello, llevó a cabo un experimento en el que reunió a 16 personas con un índice de masa corporal (IMC) en un rango de sobrepeso u obesidad. Cada participante pasó por dos pruebas diferentes que duraron seis días, con su sueño y alimentación planificada previamente: La primera, con tres comidas al día en los horarios de 9:00, 13:00 y 18:00; en la segunda, se retrasó la hora de la cena hasta las 21:00.

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Más tarde, mediante un análisis de sangre y una entrevista a casa voluntario, los investigadores sacaron en claro que, al cenar más tarde, los niveles de la hormona leptina -la que indica cuándo estamos llenos- fueron menores durante las 0:00, por lo que los que éstos, sentían más hambre. Junto a esto, las calorías las quemaban de una forma más lenta que el otro grupo.

Los resultados también evidenciaron que cenar tarde afectó a cómo el cuerpo almacena grasa, aumentando el proceso de adipogénesis y disminuyendo el de lipólisis, que descompone la grasa.

Por tanto, los tres motivos por los que se puede ganar peso al retrasar la hora de cenar son debido a que se alteran las calorías quemadas, los niveles de hambre y la forma en la que almacenamos grasa.

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