RECLAMA MÁS VACUNACIÓN

Europa alerta del peligro cada vez mayor de la propagación de la tosferina

Los países de Europa han notificado casi 60.000 casos, lo que supone diez veces más que en el 2022 y el 2021.

Las cifras de casos de tosferina se han disparado en los últimos 15 meses en Europa. Esta ya es responsable de más de 25.000 casos en 2023 y más de 32.000 entre enero y abril de 2024, según el último informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Es decir, a lo largo de 2023 y hasta abril de 2024 se han detectado en los países de la Europa 60.000 casos de tosferina, diez veces más que en 2021 o 2022.

El riesgo de una epidemia de tosferina se ha disparado incluso en los países que tienen una alta tasa de vacunación en fases que van desde los tres hasta los cinco años. Los bebés menores de seis meses no inmunizados o los que lo están parcialmente son el grupo de población más expuesto, con riesgo de muerte.

El ECDC instó a las autoridades sanitarias a reforzar los programas de vacunación para lograr una cobertura adecuada de la población infantil, lo que pasa por completar a tiempo la inmunización primaria y suministrar también las dosis de refuerzo conforme a los calendarios de vacunación nacionales.

Recordó además que las vacunas en el segundo o el tercer trimestre del embarazo es un medio muy efectivo para prevenir la enfermedad en recién nacidos que todavía no han recibido la inmunización y que por ello se encuentran en situación de riesgo.

El pasado mes de marzo, un reciente informe del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III publicó que en 2023 un bebé falleció por el brote epidémico de tosferina. Tal y como explicaron, "se trata de un lactante en el primer mes de vida, sin condiciones de riesgo, cuya madre no se había vacunado durante la gestación".

Qué es la tosferina

La tosferina es una enfermedad causada por la bacteria Bordetella pertussis, que puede afectar a cualquier persona, pero sobre todo causa sintomatología preocupante en niños. Inicialmente, esta sintomatología se parece mucho a la de un resfriado común. No obstante, con el paso de los días puede desembocar en una tos muy violenta, acompañada de dificultad para respirar y fiebre alta. Entre sus complicaciones, se encuentran la neumonía, las convulsiones y un amplio abanico de efectos derivados de la falta de oxígeno.

Por ello, la vacunación a las embarazadas se implantó en 2016, justo después de otra epidemia de tosferina. Se comprobó que, con esta práctica, se garantizaba que los bebés recién nacidos tuviesen suficientes anticuerpos para resistir la infección hasta recibir la primera dosis de la vacuna, cuando tuviesen dos meses.

Además de esta, el actual calendario vacunal recomienda cuatro dosis más: primovacunación a los 2 y 4 meses de vida y dos dosis de recuerdo a los once meses y a los seis años.