ENFERMEDADES CRÓNICAS

La Federación Internacional de Diabetes reconoce un nuevo tipo de diabetes

La insulina no es efectiva y tampoco está vinculada a la obesidad o al sistema inmune.

Medidor diabetes en sangreStanias I Pixabay

Durante décadas, la clasificación tradicional de la diabetes se basaba principalmente en tres grandes categorías: diabetes tipo 1, causada por un ataque del sistema inmunitario a las células que producen insulina; tipo 2, relacionada con resistencia a la acción de la insulina y factores metabólicos; y diabetes gestacional, asociada a cambios temporales durante el embarazo. A estas se suman otras formas más específicas y poco frecuentes, como la diabetes tipo 3c o las formas monogénicas, pero ninguna había recibido hasta ahora un reconocimiento oficial como una categoría completamente distinta… hasta 2025. Este año, la Federación Internacional de Diabetes (IDF) ha oficializado la existencia de una quinta categoría de diabetes, bautizada como diabetes tipo 5, tras décadas de debate, observación clínica y evidencias acumuladas en poblaciones vulnerables. El consenso, adoptado en una reunión de expertos en Vellore (India) y respaldado en el Congreso Mundial de Diabetes de la IDF en Bangkok, sitúa esta clasificación al mismo nivel que las formas clásicas de la enfermedad.

Pero, ¿qué es la diabetes tipo 5? A diferencia de las formas más conocidas de la enfermedad, la diabetes tipo 5 no surge por un mecanismo autoinmune (como en el tipo 1) ni por un problema de resistencia a la insulina asociado al sobrepeso o a factores metabólicos (como en el tipo 2). Esta nueva forma, antiguamente referida como diabetes relacionada con la malnutrición (MRDM), se caracteriza por una deficiencia severa de producción de insulina que tiene su origen en una nutrición insuficiente durante etapas cruciales de la vida, especialmente en la infancia y adolescencia.

La falta prolongada de nutrientes y proteínas, frecuente en regiones con altos niveles de pobreza y escasez alimentaria, afecta el desarrollo del páncreas y de las células que producen insulina. Esto conduce a una forma de diabetes con rasgos distintivos: los pacientes típicamente son delgados, con un índice de masa corporal bajo, no desarrollan la respuesta autoinmune clásica del tipo 1 y su resistencia a la insulina es mínima o inexistente, pero su producción de insulina está profundamente comprometida.

Según expertos que han estudiado este patrón clínico durante décadas, la diabetes tipo 5 suele aparecer en adolescentes y adultos jóvenes con historial de malnutrición crónica y puede ser difícil de distinguir clínicamente de otras formas sin pruebas específicas y atención cuidadosa.

La decisión de reconocer oficialmente este tipo de diabetes tiene una importancia médica y social profunda. "La diabetes tipo 5 – señala Peter Schwarz, director de la IDF, en un comunicado - marca un hito histórico en la forma en que abordamos globalmente la diabetes. Durante mucho tiempo, esta condición ha pasado desapercibida, afectando a millones de personas y privándolas de acceso a una atención adecuada. Con el lanzamiento del Grupo de Trabajo sobre Diabetes tipo 5, estamos dando pasos decisivos para corregir esto. Esto es cuestión de equidad, de ciencia y de salvar vidas."

Diabetes | Pixabay

Este reconocimiento no solo da nombre a una forma de la enfermedad que ha estado presente desde hace más de 70 años, sino que también impulsa la investigación, la formación clínica específica y las políticas de salud pública necesarias para un diagnóstico y tratamiento más precisos. En muchas regiones de Asia, África y Latinoamérica, donde la malnutrición infantil sigue siendo un problema persistente (a nivel global afecta a casi 700 millones de personas), la falta de clasificación oficial había llevado a diagnósticos incorrectos o tratamientos inadecuados, con consecuencias graves para la salud de los pacientes.

A la hora de abordar los tratamientos futuros vinculados a la diabetes tipo 5 hay dos distinciones cruciales: no está asociada con obesidad y no siempre requiere insulina. Esto es fundamental teniendo en cuenta que, las estimaciones más recientes sugieren que entre 20 y 25 millones de personas en el mundo podrían vivir con esta forma de diabetes. Y no están siendo tratadas adecuadamente.

Así, el reconocimiento de la diabetes tipo 5 es, en última instancia, un paso hacia una medicina más precisa, equitativa y sensible a las complejidades de la biología humana y las desigualdades sociales. Dar nombre a esta forma de diabetes significa ofrecer identidad diagnóstica, camino terapéutico y esperanza a millones de personas que hasta ahora habían quedado fuera de las categorías clínicas tradicionales.

TecnoXplora» CienciaXplora