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ASTEROIDE RYUGU
Una investigación ha descubierto signos de vida en una de las muestras traídas por la sonda Hayabusa 2.
La misión Hayabusa2, lanzada en 2014, aterrizó en un pequeño asteroide llamado Ryugu en 2018 y trajo una muestra de material a la Tierra en 2020. La muestra se mantuvo estéril todo el tiempo, sellada herméticamente para el viaje de regreso y solo se abrió en una sala limpia con nitrógeno puro utilizando equipo esterilizado.
La muestra estaba lo más limpia y libre de contaminación posible. Cuando el equipo preparó una muestra y la examinó con un microscopio electrónico, encontró varillas y filamentos de materia orgánica compatibles con la vida microbiana. En otras palabras, el equipo encontró vida en un asteroide. Sin embargo, nada era lo que parecía.
El análisis ha revelado muestras de vida de origen 100% terrestre. Esto es, que pese a las medidas de precaución tomadas para evitar la contaminación biológica de la muestra, algunos microorganismos lograron "colarse" en esta.
Si bien estos resultados no respaldan el modelo de la panspermia (la hipótesis que propone que la vida existe en todo el universo), sí nos dice dos cosas importantes. La primera es que nuestros procedimientos de esterilización probablemente sean inadecuados. Es posible que ya hayamos propagado la vida a la Luna y Marte sin darnos cuenta.
La segunda es que los asteroides contienen materiales orgánicos que podrían sustentar la vida terrestre. Esta es una buena noticia si queremos establecernos en otros lugares del Sistema Solar. La vida en la Tierra puede no haber comenzado en el espacio, pero muy bien podría terminar allí.