Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
RECOMENDACIÓN DE LOS EXPERTOS
Si lo seguimos utilizando, los gérmenes y bacterias que albergamos cuando estamos enfermos se quedan entre las cerdas y ralentizan nuestra recuperación completa de la enfermedad.
Si algo nos enseñó el COVID-19 es que cuando caemos enfermos debemos tener cuidado con nuestro alrededor y las personas que conviven con nosotros. Utilizar mascarilla para no contagiar a otros en caso de un resfriado, por ejemplo, o desinfectar las zonas en las que solemos pasar más tiempo es un paso importante y necesario.
Cuando nos resfriamos nuestra prioridad es curarnos lo antes posible para volver a nuestra vida normal. Puede parecer que quedarnos en casa y tomarnos los medicamentos es suficiente, sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer para acelerar la recuperación y que no sabemos que nos están perjudicando si no lo hacemos.
¿Cómo afecta esto a los productos diarios y enfocados a la higiene personal y especialmente al cepillo de dientes? ¿Debemos cambiarlo después de estar enfermo?
Este elemento básico de higiene personal está en contacto con nuestros fluidos bucales varias veces al día, por lo que los gérmenes y bacterias que albergamos cuando estamos enfermos se quedan entre las cerdas, ralentizando nuestra recuperación completa de la enfermedad.
Ya que en el día a día ya se encuentra muy expuesto a gérmenes, los expertos recomiendan cambiar el cepillo cada tres meses. Además, para más higiene, recomiendan guardarlo en un lugar ventilado y evitar el uso de carcasas protectoras ya que, lejos de proteger a nuestro cepillo de los gérmenes, impide que se seque bien después de haberlo utilizado, favoreciendo la proliferación de estos gérmenes.
Si tienes fiebre, resfriado o cualquier otro tipo de afección, el virus permanecerá en las cerdas y con mayor presencia en caso de haber sufrido enfermedades como gripes, faringitis o resfriados.
En caso de infecciones bucales como pueden ser un herpes labial, infección en encías también habrá que considerar cambiar el cepillo para evitar la propagación de las bacterias.
Teniendo en cuenta que el virus puede permanecer hasta 72 horas en las cerdas de los cepillos, es importantísimo cambiarlo por uno nuevo después de estar enfermo ya que sólo así podremos evitar contagiarnos de nuevo.