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SALUD
En apenas dos décadas esta enfermedad aumentó un 40 % en España.
Desde que comenzó la pandemia y, en particular, desde que se iniciaron las campañas de vacunación, mucho se ha hablado de sus efectos secundarios, tanto positivos como negativos. Y lo mismo ocurre con las consecuencias a largo plazo de infectarse con el virus SARS-CoV-2, responsable del COVID-19.
Ahora un nuevo estudio, publicado en 'Jama', concluye que las personas que han tenido COVID-19 tienen un mayor riesgo de diabetes de tipo 2 de nueva aparición, una de las causas principales de enfermedad cardiovascular.
La diabetes altera los procesos metabólicos normales impidiendo que el páncreas produzca suficiente insulina, una hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa y aminoácidos en la sangre. Debido a que esta dolencia puede dañar los órganos vitales y los vasos sanguíneos, las personas con diabetes corren un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
A nivel global las cifras señalan que más de 462 millones de personas tienen diabetes de tipo 2, mientras que en nuestra país afecta al 15 % de la población entre 20 y 80 años, un porcentaje que ha aumentado un 40 % en las últimas dos décadas. El problema es que no solo está aumentando por la dieta y por el sedentarismo, ahora también tendría influencia la infección por COVID-19, como señala el estudio antes mencionado.
Los autores, liderados por Alan Kwan y Susan Cheng del Smidt Heart Institute en Cedars-Sinai, sugieren que el riesgo de diabetes tipo 2 sería menor en las personas que ya estaban vacunadas cuando se infectaron. El equipo analizó los registros médicos de 23.709 pacientes adultos (la edad promedio era de 47 años y la proporción era prácticamente idéntica entre hombres y mujeres) que tenían al menos una infección documentada de COVID-19. Si bien se trata de un estudio con un universo analizado muy amplio, hay que destacar que solo se ha llevado a cabo en Estados Unidos y que aún no ha sido replicado por otros autores.
Los resultados mostraron que el riesgo combinado de diabetes tipo 2 después de la exposición a la COVID-19, pasaba de 2,7 % hasta el 74 % en algunos casos, dependiendo de si la persona había sido vacunada o no.
"Estos resultados sugieren que la vacunación contra la COVID-19 antes de la infección puede proporcionar un efecto protector contra el riesgo de diabetes – explica Cheng en un comunicado–. Aunque se necesitan más estudios para validar esta hipótesis, nos mantenemos firmes en nuestra creencia de que la vacunación contra la COVID-19 sigue siendo una herramienta importante. Las tendencias y patrones que vemos en los datos sugieren que la infección por COVID-19 podría estar actuando en ciertos entornos como un acelerador de enfermedades, aumentando el riesgo de un diagnóstico que las personas podrían haber recibido más tarde en la vida. Podría ser que en lugar de ser diagnosticado con diabetes a los 65 años, una persona con riesgo preexistente de diabetes podría, después de una infección por COVID-19, tener más probabilidades de desarrollar diabetes a los 45 o 55 años".
La tendencia es preocupante, explican los autores en el estudio, ya que la mayoría de las personas en Estados Unidos y Europa contraerán una infección por COVID-19, lo que aumentaría el número de personas que desarrollarían diabetes de tipo 2 o lo harían antes de tiempo debido al virus.
"A medida que aprendemos a vivir con la COVID-19 – concluye Cheng –, también debemos estar preparados para reconocer y tratar las diversas afecciones vinculadas a sus efectos secundarios. Nuestro objetivo final, con cada estudio de investigación que realizamos, es encontrar formas de mantener a las personas saludables y capaces de participar en sus actividades y vidas cotidianas".