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PARA PARECERSE A ARIANA GRANDE O HARRY STYLES, ENTRE OTROS

Así es la “dimpleplasty”, la cirugía estética de moda entre los millennials

Los hoyuelos se han convertido en uno de los rasgos faciales más deseado entre los millennials, que buscan parecerse a artistas como Ariana Grande, Harry Styles o Miranda Kerr, entre otras celebridades. Lo que muchos poseen por naturaleza es considerado como un saludable signo de belleza, por lo que quienes no lo poseen de forma innata ya están apostando por la dimpleplasty, una cirugía cuyo coste oscila entre los 600 y 2000 euros.

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La nueva moda entre algunos millennials se denomina "dimpleplasty", una operación estética que en menos de una hora crea los ansiados hoyuelos sin necesidad de anestesia general. Quienes se someten a esta intervención buscan dar la imagen de alegría que proporciona este rasgo facial, pero lo que no todo el mundo sabe es que en realidad los hoyuelos son un defecto genético.

Estas marcas son el resultado de una brecha en el músculo cigomático mayor, situado en los lados de la cara, por lo que los músculos faciales son más cortos de lo normal. Esto explicaría por qué no son visibles cuando una persona no está sonriendo o realizar algún gesto.

Aunque suene un poco excéntrico, lo cierto es que los hoyuelos llevan siendo un ideal de belleza desde principios del siglo XX, cuando se identificaban estas marcas con la delgadez. De hecho, se han descubierto aparatos cuya función era similar a la de la "dimpleplasty".

La revolucionaria intervención quirúrgica del "dimpleplasty", aunque algo invasiva, está teniendo una gran acogida en la sociedad llegándose a triplicar el número de pacientes que se acercan a las clínicas solicitando este servicio. El procedimiento es sencillo, se realiza una pequeña incisión en la boca del paciente para conseguir unir el músculo facial de una forma artificial y lograr una apariencia lo más natural posible.

Sin embargo, los hoyuelos no duran para siempre. El efecto que consigue la intervención dura de 2 a 3 meses y, pese a ser una operación sencilla, también puede tener sus inconvenientes. El principal problema es que, a diferencia de los hoyuelos naturales que aparecen solamente cuando sonríes, los artificiales permanecen siempre visibles independientemente de la expresión facial que se tenga en el momento.

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