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HAY 250.000 DIABÉTICOS AMPUTADOS AL AÑO EN EUROPA

Estos zapatos inteligentes ayudan a prevenir amputaciones en diabéticos

Desarrollan unos zapatos capaces de reducir las lesiones provocadas por las úlceras en el “pie diabético”, fuente de muchas amputaciones.

Zapatos ofernandezberrios en Flickr bajo licencia CC

La diabetes, ya sea del tipo 1 o 2, sigue siendo la principal causa de amputación de los miembros inferiores. Aunque cada vez hay más esfuerzos preventivos, sigue habiendo un millón de casos al año de pérdida de piernas por esta causa en todo el mundo.

Son cifras muy altas –un cuarto de las amputaciones tiene lugar en Europa– teniendo en cuenta que la mortalidad ligada a esta cirugía es del 30% en los treinta días siguientes a la operación y del 50% después del transcurso de un año, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Pero parece que el “pie diabético” puede tener un mejor tratamiento, según un nuevo concepto de calzado elaborado por varios hospitales y universidades suizos. Es un zapato inteligente, cuyo prototipo está en desarrollo que sirve para reducir los riesgos de la enfermedad gracias a un sistema de suela cuya rigidez se adapta a la vida diaria de los pacientes.

Según cuenta uno de los médicos impulsores del proyecto a 'Le temps', “el 85% de amputaciones en pacientes diabéticos viene precedido de una úlcera en el pie por la alta presión”. Así, modular la presión de la suela podría evitar tener que recurrir a estas soluciones tan extremas.

Las complicaciones de la enfermedad

En la actualidad, estas úlceras no se controlan bien porque se complican con una neuropatía periférica. Esto se traduce en una pérdida de sensibilidad ante el dolor de la zona afectada, lo que provoca que no “salten las alarmas” como sucedería en cualquier otra persona, que adaptaría su forma de andar a la herida.

Los zapatos que se usan ayudan a curar la úlcera, pero ésta tiene una alta tasa de reaparición. Por eso el equipo suizo pensó que lo ideal sería un tipo de calzado que pudiera ser usado diariamente y que detectara las zonas en las que la presión de la planta sea demasiado alta para poder ajustar la flexibilidad de la suela automáticamente. Es decir, que cure, pero también que prevenga.

Un laboratorio de microingeniería de la localidad de Neuchatel colaboró con los médicos para desarrollar un modelo de zapato con amortiguadores en miniatura colocados en la parte trasera del pie. Una vez que se aplica la carga del pie en los amortiguadores, una almohadilla flexible se deforma en vertical y el líquido pasa a un contenedor a través de una válvula.

El calzado cuenta con una batería y un área de control -ya que cada amortiguador tiene un sensor que mide la presión de la planta del pie- desde la que se pueden detectar las zonas donde ésta es anormalmente alta. Además, el médico puede programar el zapato en función de la evolución del estado del paciente.

Después de varios años de trabajo es probable que en verano puedan comenzar los primeros ensayos clínicos en pacientes con unos zapatos con medio centenar de amortiguadores operativos.

La patente, además, podría ser usada también para colchones destinados a pacientes que tienen que pasar largas temporadas postrados en una cama y sufren úlceras por la presión en su cuerpo.