Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
EN TODAS PARTES
En el agua que bebemos, en el pescado y el marisco que comemos o en las aves que cocinamos, los microplásticos están en todas partes. No podemos escapar de ellos. Por eso mismo, no es de extrañar que estas sustancias se encuentren también en nuestro organismo. Ahora, un equipo de la Universidad de Arizona ha desarrollado un nuevo método para detectar microplásticos en tejidos humanos.
Los microplásticos y los nanoplásticos son pequeñas piezas de material plástico, de menos de 5mm y 0,001mm de diámetro respectivamente, que pueden contaminar todo lo que nos rodea. Ya el pasado 2019, la Organización Mundial de la Salud pedía urgentemente más estudios sobre el impacto de estas sustancias en la salud general de la población. De este modo, el pasado 17 de agosto, en la Reunión Virtual Otoño 2020 de la American Chemical Society (ACS), se ha presentado un nuevo estudio en el que se muestran pruebas de la existencia de microplásticos en el organismo humano y un nuevo método para detectarlos.
"Podemos encontrar plásticos que contaminan el medio ambiente en prácticamente todos los lugares del mundo y, en unas pocas décadas, hemos pasado de ver el plástico como un beneficio maravilloso a considerarlo una amenaza", comentaba Charles Rolsky del Instituto de Biodiseño de la Universidad Arizona a la revista Forbes. “Hay evidencia de que el plástico se está abriendo camino en nuestros cuerpos, pero muy pocos estudios lo han buscado allí”, añadía.
Hasta hace poco, la mayor parte de investigaciones sobre microplásticos y nanoplásticos se había dirigido al estudio de la acumulación de estas sustancias en la vida marina, con especial hincapié en aquellas especies de consumo humano. Las personas ingerimos mariscos y pescados diferentes en cuyos organismos hay plásticos y estos pasan a nosotros a través de nuestro aparato digestivo. De hecho, estudios anteriores habían encontrado estas sustancias en restos fecales humanos.
La investigación
Para analizar la presencia de microplásticos en el cuerpo, el equipo de la Universidad de Arizona accedió a muestras de tejido humano de un depósito creado para estudiar enfermedades neurogenerativas tales como el Alzheimer. De este modo, se estudiaron 47 muestras de 24 individuos tomadas de órganos que pueden estar expuestos a los microplásticos o que pueden filtrarlos durante el proceso de la digestión: el hígado, el bazo, los riñones y los pulmones.
En estos tejidos se encontraron rastros genuinos de bisfenol A (BPA), una sustancia que se utiliza para elaborar plásticos. Además, los investigadores agregaron artificialmente microplásticos y probaron un método con el que detectarlos. Se espera que esta nueva técnica pueda usarse para buscar contaminantes plásticos en los tejidos humanos en el futuro.
Los efectos de los microplásticos en la salud
Los microplásticos se han asociado a efectos neurotóxicos en peces silvestres y a un aumento del daño oxidativo, lo que en un principio podría conducir a un mayor riesgo de desarrollar cáncer. Por otro lado, hay estudios que aseguran que estos materiales no tienen efectos permanentes en los peces y solo los perjudican cuando atraviesan su aparato digestivo.
¿Y qué ocurre con los humanos?
Varun Kelkar, estudiante de posgrado e investigador de este trabajo afirmaba que: “Es preocupante que estos materiales no biodegradables que están presentes en todas partes puedan ingresar y acumularse en los tejidos humanos, y no conocemos los posibles efectos en la salud. Una vez que tengamos una mejor idea de lo que hay en los tejidos, podemos realizar estudios epidemiológicos para evaluar los resultados de la salud humana. De esa manera, podemos comenzar a comprender los posibles riesgos para la salud, si los hay”.