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EN UNAS DÉCADAS LOS HUMANOS PODRÍAN MULTIPLICAR SUS CAPACIDADES
Los humanos del mañana podrían ser como figuritas de Lego vivientes. Hechas a trozos, combinando partes diferentes, con el objetivo de mejorar. Y todo gracias a nuestro cerebro.
Para entenderlo, piensa en un ordenador hecho a piezas. A lo mejor tienes un potentísimo procesador, pero falla todo lo demás. Así que decides cambiar tu viejísimo monitor de tubo, ese teclado con las teclas desgastadas, ese ratón blanquecino con cable, el disco duro y la RAM. El resultado sigue siendo bueno y, en cierto modo, no has cambiado de ordenador.
La clave de todo está en nuestro cerebro. Él es capaz de acostumbrarse y aprender si de pronto nos ponen unas cámaras en lugar de ojos y conseguimos que traduzcan su señal a impulsos similares a los de los nervios ópticos. Pasa lo mismo si nos implantan una nariz superdesarrollada, o, como sucede, reconstruyen y mejoran nuestro sistema auditivo. Por decirlo, lo importante es el hardware central, el del cerebro, los periféricos son mejorables.
La idea la apuntaba David Eagleman, neurocientífico del Baylor College of Medicine en Texas en una charla a finales del mes pasado. Reflexionaba a que, en realidad, los humanos son muy limitados: vemos un espectro de luz limitado, escuchamos y olemos mucho peor que la mayoría de animales, somos deficientes en lo que respecta a la captación de ultrasonidos, ondas magnéticas y percepción sesorial en general.
La mejor prueba de que nuestro cerebro tiene esta capacidad de funcionar igualmente si se le instalan 'programas' más avanzados es la forma en que otros sentidos se acentúan cuando hay una carencia sensorial. Por ejemplo, los ciegos desarrollan con entrenamiento el sentido del tacto y del oído, o los sordos se acostumbran a una vigilancia visual mucho más intensa de la que tienen el resto de los humanos.
¿Quiere eso decir que podríamos tener 'superpoderes' en el futuro? Podríamos implantarnos mejoras sensitivas de forma artificial que mejoraran nuestro rango de visión, nos hiciera captar alteraciones electromagnéticas, nos hiciera sensibles a ondas de sonidos rebotadas como un sónar... Nuestro cerebro puede asumir esos cambios, otra cosa es desarrollar la capacidad quirúrgica necesaria para hacerlo sin rechazos y -por decirlo mal y pronto- saber empalmar los cables.
Y si todo eso no es suficiente, los plugins también pueden ser ajenos, sin necesidad de cirugía, y ayudarnos no sólo con nuestra percepción, sino también con nuestra ejecución. Es el caso de los exoesqueletos que desde hace años desarrollan los militares como arma del futuro, en concreto bajo el proyecto TALOS (Tactical Assault Light Operator Suit, traducido Traje de Operario de Asalto Táctico Ligero). ¿Has visto las películas de Alien? Pues algo así
Una vez se cree y los militares lo hayan usado durante años, es presumible que el proyecto dé el salto a la sociedad civil como ya ha pasado con desarrollos como la telefonía móvil o el GPS. Aplicaciones hay un montón, como cargar elevadísimos pesos y transportarlos. Entre eso y los plugins sensoriales de arriba las capacidades humanas podrían encontrar nuevos horizontes en las décadas venideras.