Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
VIDEOBLOG
Hace unas semanas contemplábamos atónitos cómo un robot japonés llamado Pepper, capaz de interpretar las emociones humanas, agotaba la primera tirada de más de mil ejemplares.
El androide con corazón mide 1,20, puede hacer fotos, felicitar a los miembros de una familia por su cumpleaños y también animarles cuando uno de ellos está triste. Un invento que posiblemente no triunfe en la cultura occidental, pero que para los japoneses puede tener una gran importancia. Tengamos en cuenta que son una cultura algo hermética, donde tocarse está mal visto o es muy difícil ver a parejas dándose cariño en público.
Esto desemboca, según los expertos, en una cierta escasez de inteligencia emocional, que acaba provocando que el amor llegue a sus vidas de una forma u otra, ya sea con esa rara costumbre que tienen de tomar fotografías furtivas bajo las faldas de las chicas o comprando un robot de 1.500 euros que les comprenda o les anime en los peores momentos