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ESPECIES SUPERVIVIENTES
La musaraña elefante de Somalia es un pequeño animal endémico de los desiertos semiáridos y rocosos del país africano. Este primo lejano del cerdo hormiguero figuraba en la lista de especies desaparecidas para la ciencia elaborada por la oenegé Global Wildlife Conservation, con la colaboración de expertos. Hasta finales del pasado mes de agosto.
Nadie había visto a este pequeño animalillo desde hacía algo más de 50 años. Pero un equipo de científicos de la Universidad de Duke atrapó hace unas semanas un ejemplar en la República de Yibuti, un estado vecino de Somalia en el Cuerno de África.
Los investigadores habían viajado hasta allí para buscar indicios de la existencia de la musaraña. A pesar de figurar en la lista de especies perdidas, los habitantes de la zona la reconocían cuando les mostraban fotografías, así que decidieron poner una trampa para capturarla. Una idea que dio resultado. Otros científicos de Yibuti les ayudaron a identificar al animal.
Tras encontrar ejemplares en un par de localizaciones (otra en Somalia), los expertos podrán estudiar más a fondo el hábitat y la forma de vida de la especie y quizá, saber cómo ha sido capaz de esconderse tan bien durante medio siglo. Asimismo, será posible decidir si es necesario protegerla ante la amenaza de la extinción.
El regreso de abejas, salamandras y ranas
Además de la musaraña, otros antiguos integrantes de la lista de Global Wildlife Conservation han sido redescubiertos recientemente. Uno de ellos es la abeja de Wallace, considerada la más grande del mundo, descubierta por primera vez en 1959 en Indonesia por el naturalista británico Alfred Russel Wallace.
Se creyó extinta hasta 1981, cuando el investigador estadounidense Adam C. Messer la encontró seis nidos en las islas Bacan. Volvió a desaparecer del mapa desde entonces, hasta que fue redescubierta en febrero del año pasado por un grupo independiente de científicos.
Por su parte, la salamandra trepadora de Jackson, natural de Guatemala, habita en los bosques tropicales húmedos de gran altitud y está amenazada por la pérdida de su hábitat. No se había encontrado ningún ejemplar después de ser descubierta por primera vez en 1975 por dos estudiantes en la sierra de los Cuchumatanes.
El animal fue al fin redescubierto en el 2017 en una reserva de anfibios de la región, tras décadas de búsqueda infructuosa, gracias a los esfuerzos de Global Wildlife Conservation y otras organizaciones por conservar el ecosistema donde vive.
Otro anfibio que se ha encontrado recientemente, después de estar desaparecido desde 1991, es la conocida como rana arlequín de la noche estrellada. El grupo de las ranas arlequines es uno de los grupos de anfibios más amenazados del mundo; de las 96 especies conocidas, 80 se consideran en peligro.
Las comunidades locales que conviven con el animal en las montañas colombianas interpretan su presencia como un indicador de la salud de los ecosistemas. Los indígenas y una oenegé del país suramericano fotografiaron un ejemplar en diciembre de 2019.
Casos de mamíferos y plantas
También a finales del año pasado se encontró de nuevo un curioso mamífero asiático: el ciervo ratón de Vietnam. No se había avistado desde 1990, década en la que abundaba la caza furtiva en el país. Aunque casi se consideraba extinto, en noviembre de 2019 un estudio publicado en 'Nature' describía cómo los autores habían logrado captar imágenes del animal con una cámara colocada en un árbol.
Y estas especies reencontradas no solo pertenecen al reino animal: después de un siglo desaparecida, un grupo de botánicos volvió a encontrar la planta carnívora Nepenthes mollis en octubre del año pasado. Otra muestra de que, afortunadamente, muchos seres vivos se resisten a desaparecer del planeta.