Nuestro cerebro tiene más cosas en común con los testículos de lo que imaginábamos
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UNA ENFERMEDAD QUE VUELVE
La escarlatina es una enfermedad causada por la bacteria Streptococcus pyogenes. Es especialmente común en niños de entre 5 y 15 años y se manifiesta a través de síntomas como fiebre, dolor de cabeza y de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos y sarpullidos de color rojo brillante por todo el cuerpo. Hasta hace poco se creía que era una afección prácticamente erradicada en todo el planeta debido a los avances en higiene y antibióticos. Sin embargo, en 2011 los casos de escarlatina comenzaron a aumentar en países como Reino Unido, China, Corea del Sur o Vietnam.
Un reciente estudio, publicado por la revista Nature Communication y realizado por un equipo de investigadores de diversas entidades internacionales, ha descubierto que el resurgir de esta enfermedad se debe a que han surgido “clones” más resistentes de la bacteria causante de la escarlatina.
Entre los años 2011 y 2016 China se vio afectada por un gran brote de escarlatina. Las autoridades sanitarias de todo el mundo se sorprendieron cuando se detectó una epidemia que afectó a más de 100.000 personas.
"Después de 2011, el alcance global de la pandemia se hizo evidente con los informes de un segundo brote en el Reino Unido, a partir de 2014, y ahora hemos descubierto brotes aislados en Australia" afirma el doctor Stephan Brouwer de la Universidad de Queensland y autor principal del artículo [[LINK:EXTERNO|||NOFOLLOW|||https://www.uq.edu.au/news/article/2020/10/supercharged-clones%E2%80%99-spark-scarlet-fever%E2%80%99s-re-emergence|||‘Supercharged 'clones' spark scarlet fever's re-emergence’]]. "Este resurgimiento global de la escarlatina ha provocado un aumento de más de cinco veces en la tasa de enfermedad provocando más de 600.000 casos en todo el mundo”, cuenta Brouwer.
Según este estudio, los posibles desencadenantes de estas nuevas epidemias de escarlatina siguen sin estar claros, pero la evidencia epidemiológica indica que los elementos de resistencia a los antibióticos han desempeñado un papel importante en la evolución, virulencia y diversificación de la escarlatina que causa nuevas cepas de bacterias más peligrosas.
Bacterias resistentes a los antibióticos
El grupo de investigadores se centró en la cepa que causó el brote de escarlatina en China entre 2011 y 2016 y detectó toxinas superantígenas capaces de facilitarles el acceso a las células hospedadoras. Una característica que no había sido antes detectada en ninguna bacteria.
Según explica Mark Walker, microbiólogo en la escuela de química y biociencias moleculares de la Universidad de Queensland, "las toxinas se habrían transferido a la bacteria cuando fue infectada por un virus que portaban los genes de la toxina”. Además, estas bacterias nuevas no descienden de las que provocaban la escarlatina en siglos anteriores y han aprendido a vencer a las defensas del organismo, siendo más letales y peligrosas debido a su resistencia a los antibióticos que se usaban para curar la enfermedad.
Actualmente, debido a las medidas sanitarias impuestas en todo el mundo para controlar la pandemia de COVID-19, el número de nuevos enfermos de escarlatina está bajando considerablemente. Al igual que este virus, la escarlatina también se contagia por vía aérea a través de las partículas que expulsa al toser, estornudar, gritar o hablar una persona infectada. De este modo, el distanciamiento social y el uso de mascarillas ha logrado frenar la aparición de nuevos brotes. No obstante, una vez que finalicen estas medidas de seguridad, los expertos creen que es muy probable que los contagios por escarlatina aumenten, por lo que es necesario desarrollar una vacuna que acabe con una de las enfermedades infantiles más frecuentes y mortales de la historia.