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MUCHO TIEMPO JUNTOS
Compartir el mismo entorno durante 24 horas hace que estén expuestos a las mismas sustancias y los mismos riesgos, algo que los convierte en un modelo de estudio.
Los beneficios de tener mascotas, en particular perros y gatos, han sido profundamente estudiados por la ciencia. Algunos estudios señalan una reducción del 24% en las posibilidades de muertes por distintas causas de quienes tienen perros. También reducen nuestro nivel de estrés y también las posibilidades de desarrollar alergias en la infancia. Todo esto contribuye a pensar que los perros pueden convertirse no solo en una ayuda para nuestra salud, sino también en custodios de esta.
En un estudio publicado en Perspective, Courtney Sexton y Audrey Ruple de la Universidad Tecnológica de Virginia, analizan cómo los perros, están claramente posicionados para ser centinelas de la salud humana debido a los entornos que comparten estrechamente con los humanos.
"Los humanos comparten estrechamente su entorno con los animales de compañía – señala el estudio -, lo que genera riesgos para la salud similares, como enfermedades respiratorias, cánceres y disfunciones cognitivas. Los perros, que han convivido con los humanos durante unos 30.000 años, son especialmente adecuados como centinelas de la salud humana. Su vida útil más corta permite a los científicos observar los efectos de la exposición ambiental más rápidamente de lo que se podría observar en los humanos".
Esta idea, de usar mascotas como "testigos de nuestra salud", no es nueva. Un estudio publicado dos años atrás por los Institutos Nacionales de Salud, ya analizaba la función que los animales de compañía podrían desempeñar en el entorno de la salud pública, el bienestar social y la salud de los individuos. Los autores, liderados por Sharyl Nass, directora del Foro Nacional de Política contra el Cáncer, afirman que "la salud humana está indisolublemente ligada a la salud del medio ambiente, al igual que la salud de otros animales con los que las personas compartimos hábitats y recursos".
En particular, los científicos están interesados en profundizar en las estrechas relaciones que nuestras mascotas tienen con el exposoma (todos aquellos factores no genéticos a los que un individuo está expuesto a lo largo de su vida y que condicionan el estado de salud o enfermedad) y comprender cómo compartir este exposoma, nos afecta directamente. A ambas especies.
Dadas las similitudes en la fisiología básica de los mamíferos, los perros y los humanos compartimos riesgos muy similares, pero también las consecuencias y eso hace que sean un "espejo" en el cual mirarse. Solo hay un problema… En su estudio, Sexton y Ruple señalan que es necesario mejorar los sistemas de captura de datos en torno a los perros. "Se necesitan con urgencia entornos ecológicos – explican las autoras -. Las prácticas actuales en los estudios veterinarios incluyen sólo los datos demográficos básicos de los perros de estudio".
Con esto en mente, las autoras sugieren que incorporar estos datos con datos demográficos detallados del propietario y vincular datos ambientales geocodificados podría mejorar la comprensión. "Actualmente, la medicina veterinaria avanza hacia la adopción generalizada de modelos de datos comunes que estandarizan la recopilación y preparación de registros médicos electrónicos para respaldar las investigaciones longitudinales de los riesgos y resultados para la salud – concluye el estudio -. La incorporación de variables demográficas de los dueños de perros en estos modelos es fundamental para desarrollar la infraestructura de investigación de One Health que supere la división entre especies, en beneficio tanto de las personas como de los propios centinelas de los animales de compañía".
One Health es una sección del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que reconoce que la salud de las personas está estrechamente relacionada con la salud de los animales. Pese a lo interesante de este enfoque y a la evidente ayuda que podría presentar analizar la salud de nuestras mascotas, no solo faltan datos… También se necesita procesar un enorme caudal de información vinculada a la privacidad de las personas, que deberíamos registrar nuestros perros y gatos, señalando su edad, raza, nuestra ubicación, alimentación (humana y animal) y no todo el mundo estará dispuesto a ello.