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DATOS DE LUGARES REMOTOS
Un satélite acoplado a la Estación Espacial Internacional facilita datos sobre el estado de los bosques alrededor del mundo.
La deforestación ocurre cuando se eliminan de un terreno todas las plantas y árboles que en él habitan. Los incendios o las nuevas construcciones son dos de las causas principales de la deforestación, que también puede estar causada por otros efectos climáticos e incluso por enfermedades o plagas que afecten a estos seres vivos.
Ahora la NASA está estudiando la deforestación desde el espacio. Y lo está realizando por medio de rayos láser. Se trata del programa Investigación de Dinámica de Ecosistemas Globales o GEDI, un satélite acoplado a la Estación Espacial Internacional que realiza sus tareas enviando estos rayos a la Tierra y midiendo su tiempo de vuelta.
Este dispositivo fue lanzado al espacio en diciembre de 2018, pero ya era 2019 cuando se unió al módulo japonés de la EEI. Este es un instrumento de aproximadamente 500 kilogramos de peso que funciona con tecnología LIDAR. Por tanto, trabaja con rayos láser de alta resolución y es capaz de muestrear una gran extensión de terreno.
Cómo se mide la biomasa forestal desde el espacio
El principal objetivo de GEDI, situado a 354 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, es obtener datos sobre el medio ambiente, en especial los bosques, y saber cómo están cambiando. Esto lo consigue mediante la realización de mapas 3D de áreas forestales de todo el planeta, incluso de los lugares más remotos.
"Esta es la primera vez que las estimaciones de densidad de biomasa aérea (AGBD) están disponibles con este nivel de detalle para los bosques tropicales y templados de todo el mundo", comenta el doctor Rupesh Shrestha, miembro del personal de investigación de GEDI.
A la hora de medir la biomasa forestal desde el espacio y crear esos mapas 3D de densidad, GEDI dispara sus tres rayos láser en cuatro haces un total de 242 veces por segundo. De esta forma ilumina parcelas de 25 metros en la superficie de la Tierra. Después, dependiendo de cuánto tarde en volver el rayo al satélite, se extraen las conclusiones.
Así que, cuando ese pulso de energía llega a la Tierra choca contra el primer elemento que encuentra, que es la copa de los árboles, y sigue progresando hasta chocar con el suelo. Estos rayos son, por tanto, capaces de medir la altura media del bosque que observa, así como su estructura y la elevación de su superficie.
Análisis del carbono y la vegetación
Además de conocer el estado de los bosques, GEDI está permitiendo a los expertos conocer y estimar los niveles de vegetación de los mismos y conocer su complejidad estructural. GEDI se desplaza a una velocidad de 7,66 kilómetros por segundo, y sus láseres envían sus pulsos de luz a casi 300 millones de metros por segundo.
Por otro lado, los expertos esperan que GEDI sea capaz de proporcionarles información sobre la cantidad de carbono que se almacena en los bosques del planeta. De esta forma, al combinar los datos actuales con registros históricos, los estudiosos podrán detectar e identificar mejor los cambios que ocurren en estos ecosistemas boscosos.
Así, los expertos podrán conocer cómo funcionan dichos ecosistemas y el papel que juegan las plantas y árboles en el ciclo global del carbono. Además, los datos extraídos por GEDI se podrían utilizar para pronosticar futuros cambios en los bosques o implementar soluciones adecuadas a cada ecosistema.
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