El nivel de motivación que sientas puede afectar a tus decisiones

A la hora de tomar decisiones importantes, intentamos que sea racional en lugar de dejarnos llevar por el instinto. Solemos analizar todos los aspectos que pueden influir, pero no tenemos el control absoluto de todo. Nuestro estado anímico también influye en la toma de decisiones, sobre todo la motivación. Probablemente te hayas dado cuenta de que eres más propenso a correr riesgos cuando te sientes feliz, mientras que la tristeza provoca el efecto contrario. De hecho, tomar decisiones cuando estamos enfadados no da buenos resultados, ni tampoco si la decisión se toma en un estado de euforia.

Según un estudiocientífico realizado por la Universidad de Nebrija en colaboración con la Escuela Politécnica Federal de Lausana, demasiada motivación afecta en la toma de decisiones. Esto se debe a que altera los circuitos neuronales responsables de la percepción sensorial, por lo que los estados internos influyen en nuestras percepciones. Además, se ha descubierto que cuando tenemos diferentes grados de motivación nuestro cerebro cambia su estructura.

De esta forma, las neuronas transmiten la información de forma diferente y aunque pensemos que somos objetivos, no es así. Percibimos las cosas de manera distinta en función de nuestra energía y decidimos mejor o peor. Si estamos poco motivados, nuestras decisiones son peores, aunque parezca obvio, sucede lo mismo cuando estamos demasiado motivados.

En estos casos, dejamos de interpretar la información de forma precisa y nuestro cerebro está acelerado, por lo que se salta algunos procesos para analizar la situación. Por lo que, si no podemos entender la información de forma correcta, nuestras decisiones van a tener fallos en el razonamiento.

Por ello, se aconseja que a la hora de tomar decisiones importantes estemos en un estado de calma para analizar todos los aspectos sin estar sesgados por nuestros niveles de energía.

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