Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
¿LO SABÍAS?
Aunque sea difícil de creer, los ojos azules son un efecto óptico provocado por la ausencia de un pigmento en el músculo que los hace verse así.
En los cánones de estética actuales, tener los ojos azules es uno de los rasgos más cotizados por la escasez de personas que los tienen. Por esto mismo, muchas personas ansían tenerlos, lo que esta gente no sabe es que, en realidad, los ojos azules, al igual que los verdes, no existen como tal.
Y es que, según un estudio, el iris, que es la parte del ojo encargada de dar la sensación de color en este caso, contiene una cierta cantidad de melanina, que es lo que le da el color al ojo y de la misma forma que lo hace con nuestro tono de piel.
Por lo que se dice que los colores azul y verde no existen en el iris es porque la melanina no tiene una variedad de colores que los contenga. Esto significa que realmente el iris no debería poder verse en esos tonos. Tanto es así, que si lucen de esa manera es por la ausencia de la propia melanina.
El músculo ocular no contiene nada de melanina y de la misma manera que pasa con la luz del cielo, que adopta una tonalidad azulada, la luz se refleja otorgándole ese color. La diferencia entre el color azul y el verde en los ojos es que, cuando son verdes, es porque aún queda una pequeña cantidad de melanina, pero no la suficiente para que se vean marrones.
Por esto mismo es que los bebés tienen los ojos claros, ya que, con el paso del tiempo, van acumulando melanina en el iris, que es por lo que con el tiempo terminan oscureciéndose. Esto no es todo porque otra cualidad de la melanina es que no se distribuye de una manera uniforme, lo que hace que en algunas ocasiones haya distintos tonos de color en el mismo iris.