Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
PRECISIÓN DEL 96,67%
Mediante un análisis de compuestos volátiles en la piel, el análisis predijo con éxito el sexo de una persona con una tasa de precisión del 96,67%.
Hay olores que los humanos no soportamos en absoluto: el peor de ellos, paradójicamente, ha sido creado por nosotros mismos aunque con propósitos científicos. Los estudios vinculados al olor son diversos, están aquellos que señalan que pueden detectar nuestra ideología política y los que se utilizan en ciencias forenses.
El olor humano es una mezcla compleja de compuestos orgánicos volátiles (COV) secretados por el cuerpo. Pero por extraño que parezca la transpiración humana no tiene olor hasta que la microbiota de la piel comienza a descomponer las sustancias químicas en moléculas volátiles que son distintivas del olor humano. Esto quiere decir que nuestro aroma está influido directamente por nuestra genética y por factores ambientales.
Por otro lado, la persistencia del olor de un individuo en el ambiente se atribuye al constante desprendimiento de la epidermis (capa externa) de la piel; este proceso deja células epiteliales en el ambiente, junto con sudor, aceites y otras secreciones glandulares. De este modo el olor, al ser provocado por genes individuales, el olor podría considerarse como una huella dactilar.
De hecho, el uso de los COV como una forma de evidencia forense ha sido demostrada mediante el uso de perros en escenas del crimen, identificación de sospechosos y verificación de ubicación. Los robos, las agresiones y las violaciones son delitos que a menudo se ejecutan con las manos y, por lo tanto, tienen el potencial de dejar rastros valiosos en la escena del crimen. En esos delitos se produce un intercambio de material biológico e inorgánico entre el delincuente y el entorno y la víctima.
De acuerdo con el Principio de Locard (utilizado en ciencia forense, sostiene que el culpable de un crimen dejará algo en la escena y se llevará algo de esta. Ambos elementos pueden usarse como evidencia), las huellas dactilares y el ADN son los datos biométricos más utilizados para identificar a un sospechoso o víctima de un delito. Sin embargo, estas formas de evidencia se pueden encontrar en cantidades que son demasiado pequeñas para usarse, lo que deja poca o ninguna evidencia forense que pueda usarse. Incluso en estos casos, la evidencia de olor humano aún puede recuperarse y usarse como una característica individualizadora. Aunquealgunos estudios han revelado este nivel de identificación utilizando el olor humano de un individuo, ya sea del aliento o de la axila, un reciente estudio amplía esta capacidad utilizando el olor de las manos, lo que puede tener un gran valor forense.
De acuerdo con un estudio liderado por Kenneth Furton y publicado en PlosOne, el perfil de los compuestos aromáticos de la mano de una persona se puede usar para predecir su sexo. Pero hay más.
En el estudio, el equipo de Furton utilizó una técnica de análisis llamada espectrometría de masas para analizar los compuestos aromáticos volátiles presentes en las palmas de las manos de 60 personas, mitad hombres y mitad mujeres. Después de identificar los compuestos en cada muestra, el equipo realizó un análisis estadístico para ver si podían determinar el sexo del individuo en función de su perfil de olores. El análisis predijo con éxito el sexo de una persona con una tasa de precisión del 96,67 %.
Los resultados también mostraron que es posible predecir la edad y el grupo racial o étnico de una persona. Con una mayor validación, los análisis químicos y estadísticos presentados en este documento podrían usarse para descubrir muchos detalles sobre un perpetrador potencial únicamente a través de sus perfiles de olor de manos.
"Este enfoque para analizar los volátiles del olor de las manos - explica la coautora Chantrell Frazier en un comunicado -, se puede aplicar cuando falta otra evidencia discriminatoria, como el ADN, y permite la diferenciación o la caracterización de clases, como el sexo, la raza y la edad".