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MÁS CONTAGIOSA
Los expertos advierten de que esta nueva variante es más letal que la que provocó la epidemia de 2022.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha convocado un comité de emergencia con motivo de la rápida expansión de un brote de viruela del mono en la República Democrática del Congo.
En realidad no es algo nuevo. En 2022, este virus saltó desde África al Reino Unido y empezó a expandirse como la pólvora en Europa y Estados Unidos, con una fuerte implantación en España. Sin embargo, la cepa de ahora es otra y parece que se propaga mucho más.
Esta, que se trata de la variante Ib, del clado I (la de 2022 fue clado II), ha causado ya 450 muertes en la República Democrática del Congo (RDC) y se ha extendido a naciones vecinas como Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda, generando preocupación entre las autoridades sanitarias internacionales.
Esta nueva cepa ha alcanzado una tasa de mortalidad del 3% entre los infectados en el último año. Mientras que la variante clado II, que afectó a casi 100.000 personas en 116 países en 2022, tuvo una tasa de letalidad del 0,2% y se notificaron 208 muertes.
De momento se calcula que este brote, que empezó en 2023, ha afectado en la RCD a al menos 27.000 personas. De todas ellas, han muerto 1.100, la mayoría niños.
La viruela del mono es una enfermedad rara causada por la infección con el virus del Mpox. Este virus, aunque pertenece a la misma familia del virus de la viruela, es menos contagioso que ella y tiene síntomas más leves.
Si se contrae, los síntomas pueden comenzar de 3 a 17 días a partir de la exposición. Estos duran de 2 a 4 semanas, y pueden incluir los siguientes:
Se diagnostica con un análisis de sangre o una muestra de tejido de una de las llagas. Y aunque actualmente no existen tratamientos específicos, muchas personas mejoran por sí solas.
La mayor diferencia de esta variante con las que normalmente han causado los brotes de viruela del mono es que se contagia mucho más por el contacto directo.
La OMS se enfrenta ahora al desafío de contener la propagación de esta variante más peligrosa y prevenir una posible pandemia global.