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SALUD
Una parte del cuerpo de estos pequeños animales pueden causar irritación o incluso problemas respiratorios en humanos y animales.
La primavera se encuentra a la vuelta de la esquina, debido quizá a las atípicas temperaturas de este invierno, y esta no sólo supone la llegada del buen tiempo y el color, también se trata de un foco donde el polen y, por consiguiente, las alergias entran en juego. Un juego al que ahora también se le unen las orugas procesionarias.
Se tratan de un insecto también conocido como procesionaria de los pinos, debido a la curiosa manera de desplazarse por el suelo, formando características hileras o filas, como si de una procesión de Semana Santa se tratase. Unos animales muy curiosos en anatomía, pero que guardan un arma de doble filo. En ese sentido, estas orugas poseen unos pelos diminutos de los que se desprenden al sentirse amenazadas y que pueden tener un efecto urticante que al entrar en contacto con la piel o las mucosas de los humanos y animales. Entre esos efectos, se encuentran la irritación en la piel, picazón, inflamación, sarpullidos, o incluso, problemas respiratorios debido a reacciones alérgicas severas.
No obstante, esas amenazas no se limitan al contacto directo con ellas. Y es que estos pelos no solo pueden desprenderse voluntariamente como ya hemos mencionado previamente, sino que el viento también puede tener un papel transmisor. Por lo tanto, es posible que se puede experimentar síntomas sin haberlas tocado previamente. Puede bastar sólo con caminar en días ventosos por áreas con pinares que tengas orugas procesionarias.
Para evitar que estos síntomas no afecten de manera desproporcionada, es importante evitar tocarlas o pasear por las zonas con estos árboles cuando haya mucho viento. Otro consejo es usar sombreros, así como prendas que cubran brazos y piernas en este tipo de zonas. Asimismo, desde las instituciones, se deberían tomar medidas para controlar su población en áreas donde estas son más comunes.
Por el contrario, si se nota alguno de los mismos después de un contacto próximo con estos insectos, es necesario buscar atención médica o veterinaria, según sea necesario.
Queda poco más de un mes para la llegada de la primavera y, tanto humanos como mascotas, debemos prepararnos para todo lo que ella conlleva en lo relacionado a nuestra salud.