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REUNIÓN DE COORDINACIÓN
La reunión tenía como objetivo abordar las políticas de reducción de daños en la campo de las drogas.
Los países de la Unión Europea han mantenido una reunión de coordinación para abordar las políticas de reducción de daños en la campo de las drogas, un terreno en el que los Estados miembros se preparan para afrontar "nuevos riesgos" con especial "preocupación" por la evolución de nuevas drogas sintéticas y el consumo de metanfetaminas y crack.
Así lo ha explicado a EFE el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el doctor Joan Ramon Villalbí, que ha liderado la reunión de los coordinadores nacionales de Drogas de la UE que tuvo lugar "on line" el pasado jueves en Barcelona, en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE.
"En esta reunión se abordó el tema de la reducción de riesgos y daños, lo que incluye una visión global de la situación en la UE y en los Estados miembros. Y se eligió este tema por su importancia en la actual estrategia europea de drogas, y también por la trayectoria de España en este campo ya que nuestro país es pionero en algunas líneas de trabajo en reducción de daños", ha informado Villalbí.
El mercado de las drogas es hoy muy amplio y no para de evolucionar, si bien hay grandes problemas que perduran en el tiempo, como son la cocaína, el cannabis y a menor escala la heroína, "pero sin olvidar el alcohol, que al estar presente en todas partes y ser muy barato es la sustancia con potencial adictivo que lleva más personas a los centros de tratamiento", ha recordado.
En todo caso, en esta reunión de coordinación europea se trasladó la "preocupación" de muchos países por la metanfetamina, la mefedroma, algunas catinonas y otros estimulantes. Además, incide Villalbí, "si en el mercado de la cocaína se incrementa el uso de crack, tendremos problemas más graves y, por supuesto, todos seguimos con atención las nuevas sustancias sintéticas".
La metanfetamina es un estimulante poderoso. Se trata de una de las sustancias con mayor potencial destructivo, solo comparable a la heroína y el crack, recuerda el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, que añade que puede generar brotes psicóticos con delirios paranoides y mucha agresividad.
Esta es una droga muy extendida en algunos países, pero "afortunadamente no es nuestro caso", si bien admite que "hemos visto indicios de presencia en algunas zonas urbanas, y nos preocupa mucho".
"Por este motivo estamos trabajando para estar preparados si aumenta su presencia. Por ahora parece que procede básicamente de pequeños laboratorios, en España y otros países europeos, aunque hubo una gran operación de narcotráfico que fue frustrada por las fuerzas policiales", afirma Villalbí en alusión a un gran decomiso de droga procedente de México.
"Hay cierta presencia de metanfetamina en contextos de chemsex y también entre algunos usuarios veteranos de heroína que combinan ambas drogas, una práctica muy peligrosa que propicia sobredosis. Seguimos con mucho interés los ensayos de tratamiento farmacológico en curso para esta adicción, y también aprendemos de las experiencias de países que llevan años lidiando con el problema", dice.
Para Villalbí, la respuesta a los problemas que plantean las drogas y las adicciones ha de ser equilibrada. "Es importante el control de la oferta, que requiere de respuestas policiales y judiciales, pero también hay que tener en cuenta la prevención, el tratamiento, la reducción de daños y la reinserción social. Las dos dimensiones son importantes".
"Si tenemos en cuenta que las adicciones por definición son enfermedades crónicas y recidivantes, la reducción de daños es un espacio necesario para las personas que consumen y no están dispuestas o no se ven capaces aún de iniciar un tratamiento, que probablemente iniciaran más delante", defiende Villalbí, que en este terreno enmarca "intervenciones, programas y políticas que tienen como objetivo reducir las consecuencias sanitarias, sociales y económicas del consumo de drogas".
En este contexto, enumera cuatro políticas de reducción de daños que "han demostrado una mayor eficacia y eficiencia" y que se revisaron en la reunión europea: la terapia de mantenimiento de sustitución de opioides; los programas de intercambio de agujas y jeringas; las salas de consumo supervisado de drogas; y la prevención de muertes por sobredosis mediante la distribución de naloxona.
"Para ser efectivas, estas políticas deben alcanzar una cobertura amplia y aplicarse allí donde el consumo de drogas es frecuente. En España hemos avanzado mucho en la implantación de tratamientos de sustitución de opioides con los programas de metadona o de buprenorfina", explica el delegado para el Plan sobre Drogas.
A su juicio, estas políticas consiguieron estabilizar a muchos usuarios de heroína a principios de los 90, "un campo en el que ahora tenemos un cierto liderazgo internacional".
En lo que respecta a los programas de intercambio de jeringas en las zonas donde el consumo de drogas es mayoritariamente inyectado "hemos avanzado mucho, aunque podemos seguir mejorando".
"Hay que ver los progresos realizados: la infección por VIH o hepatitis mediante jeringas contaminadas es hoy mucho menos frecuente. Incluso hay programas en instituciones penitenciarias. Por lo que respecta a las salas de consumo supervisado, algo posible en un país como el nuestro donde el consumo de drogas de por sí no es un delito, hay cierta implantación en territorios con mayor frecuencia de consumo inyectado como el País Vasco o Cataluña", abunda.
Si facilitar jeringas evita contagios y que en muchas ocasiones no queden tiradas por las calles de un barrio, las salas de consumo ayudan a muchos drogadictos sin techo, evitando a su vez molestias a los vecinos. El usuario sale beneficiado, la comunidad también.
Asimismo, los programas de naloxona para favorecer la recuperación en caso de sobredosis por opioides se han experimentado en alguna comunidad autónoma, "y pueden ampliarse mucho más", ha concluido.