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ORINA HUMANA DAÑINA

Los participantes de un festival consumen tantas drogas que su orina daña a los peces de los ríos cercanos

Cuando los festivales terminan drogando a la fauna local. Un reciente estudio científico señala los efectos de orinar en los ríos cercanos a estos eventos.

El festival de Glastonbury, en Inglaterra, es uno de los decanos de los grandes conciertos al aire libre. Comenzó a celebrarse en 1970 y en 2019 llegó a tener más de 200.000 asistentes que durante varios días presencian decenas de conciertos y espectáculos artísticos. De acuerdo con la organización del festival, el uso de drogas ilegales no está condenado, aunque se advierte que su uso puede llevar a que sean condenados por la policía presente en la zona.

Esta permisividad fue lo que llevó a un equipo de la Universidad de Bangor, en el Reino Unido, a analizar las aguas del río Whitelake, que recorre gran parte del predio. Primero analizaron las aguas río arriba y luego, el último día del festival, río abajo. Y los resultados fueron sorprendentes. Los científicos, liderados por Dan Aberg, detectaron una concentración de MDMA (éxtasis) 104 veces superior a lo normal y de cocaína y benzoilecgonina hasta 40 veces mayor. De hecho, la cantidad de estas dos últimas sustancias era superior a la de MDMA.

Para confirmar sus hallazgos, el equipo de Aberg analizó otro río cercano, pero que no está conectado al Whitelake ni pasa cerca del festival. Y los resultados también mostraron que el festival contaminaba los ríos. O más bien los y las asistentes que orinaban en él.

Esto no es algo nuevo ya que antes que empezara la edición de 2019, los organizadores twittearon el siguiente mensaje: “Orinar en la tierra en Glastonbury causa contaminación del nivel freático, lo que puede afectar la vida silvestre y los peces locales. La Agencia de Medio Ambiente tiene el poder de cerrar el sitio si hay demasiada contaminación. Por favor, solo orine en los cientos de baños distribuidos por la zona”.

Investigaciones anteriores ya habían demostrado que los rastros de cocaína en los ríos pueden hacer que los peces se vuelvan hiperactivos y experimenten pérdida de masa muscular, deterioro en las agallas y cambios hormonales. Por su parte el MDMA producía consecuencias en el sistema nervioso de diferentes peces y en particular afectaba a la población local de anguilas europeas, que son una especie rara y protegida.

La contaminación por drogas ilícitas al orinar en público – explica Aberg en un comunicadoocurre en todos los festivales de música. Desafortunadamente, la proximidad del festival de Glastonbury a un río hace que las drogas liberadas por los asistentes al festival, tengan poco tiempo para degradarse en el suelo antes de ingresar al frágil ecosistema de agua dulce”.

De acuerdo con el estudio, publicado en Enviromental Research, en todos los niveles la concentración se considera dañina para la vida acuática y su procedencia está directamente vinculada al festival. Pero no es exclusiva de Glastonbury. La realidad es que la orina humana puede tener importantes consecuencias en el medio ambiente… sobre todo cuando se juntan en un mismo sitio más de 200.000 personas. Los problemas potenciales son dos: la contaminación farmacológica y la eutrofización.

La primera de ellas se produce cuando con la orina se mezclan compuestos farmacológicos, como antibióticos, antidepresivos, medicamentos con hormonas… Todos estos compuestos que el cuerpo humano no ha metabolizado y se liberan con la orina, si llegan a un río u otro cuerpo de agua, pueden trastornar el sistema reproductivo de los peces ya sea modificando las proporciones de género en ciertas especies o demorando la maduración reproductiva.

Por su parte, la eutrofización es un proceso en el que ciertos cuerpos de agua reciben una gran cantidad de nutrientes facilitando la proliferación de ciertas especies, como por ejemplo las algas. La orina humana, sin ningún tipo de droga ilegal, contiene gran cantidad de nitrógeno y fósforo, dos químicos fundamentales para la vida vegetal en nuestro planeta. Por lo tanto no se trata solo de la cantidad de sustancias ilegales presentes en la orina, los efectos en la fauna pueden ser drásticos y aquí no hay medias tintas: no vale mear fuera del tiesto.