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PIEL Y SOL
La exposición prolongada al sol provoca que nuestra piel reaccione generando este tipo de manchas.
Las pecas y manchas solares se deben a la melanina de tu cuerpo reaccionando para proteger tu piel contra los rayos ultravioletas. Diferenciar entre peca o mancha solar se nos hace algo complicado, y el mito de que solo los pelirrojos tienen pecas no es del todo cierto. Factores genéticos cómo tu color de piel favorecen la aparición de las pecas, pero existen otros más determinantes.
En qué se diferencian las pecas y las manchas solares
Este tipo de machas son dos de los cambios comunes que notamos en nuestra piel después de estar al sol. Aunque se forman por la exposición solar, cada una aparece por un motivo distinto y su apariencia es diferente.
Las pecas son más habituales en gente con la piel clara y que es propensa a quemarse con el sol. Se crean al acumularse la melanina en un punto concreto, para proteger las áreas de la piel que son particularmente sensibles a la luz ultravioleta. Suelen hacerse más notables en verano y se desvanecen, o incluso desaparecen, cuando no se está expuesto al sol.
Aunque son resultado de recibir luz solar, existen ciertos factores genéticos que influyen para que se formen. Si en tu ADN no cuentas con el gen 'MC1R' es muy probable que, aun exponiéndote al sol, estas nunca aparezcan. Recuerda que tener muchas pecas puede ser un indicativo de que debes aumentar tu protección frente al sol, pues es así como tu piel te está recordando que eres más sensible al sol.
Las manchas solares no son específicas de un tipo de piel. A diferencia de las pecas, estas aparecen a partir de los 30-40 años. Estas manchas no desaparecen y te acompañan todo el año, aunque, si se evita el sol durante un tiempo suficiente, pueden desvanecerse.
Además, como diferencia, las manchas son más grandes que las pecas, más oscuras y suelen aumentar en número a medida que envejecemos.
¿Debemos preocuparnos por las manchas solares?
Pese a ser una respuesta de la piel a los rayos solar, son efectos normales de la misma y no debemos preocuparnos. Bien es cierto, que si su aparición es repentina es señal de una exposición muy prolongada al sol y de no encontrarnos lo suficientemente protegidos. No olvides evitar las horas de mayor radiación y utilizar protección solar. Además de que si notas un cambio inusual acudir a un profesional médico que evalúe la situación.
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