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LA SUFRÍAN LOS MARINEROS
Se trata de una enfermedad común entre los siglos XV y XVIII, cuando los marineros y otros exploradores vivían a base de alimentos que se pudiesen conservar relativamente bien durante largo tiempo.
En el siglo XV, se descubrió una enfermedad entre los marineros que realizaban largos viajes por el océano. Cuando estos hacían travesías largas, de más de 5 o 6 meses, muchos tripulantes empezaban a morir después de un largo tiempo de agonía. Esta enfermedad, llamada escorbuto, logró reducirse a unos niveles mínimos. Sin embargo, parece que está de regreso. Te contamos los detalles.
En su día, no se supo cuál era la causa hasta que en 1747, un médico escocés, James Lind, descubrió que el zumo de naranja solucionaba todos sus males. Así, poco a poco los casos de escorbuto fueron reduciéndose.
Tal y como describen en un reciente artículo de la revista BMJ Case Reports, el escorbuto es una enfermedad que ocurre cuando se tiene una carencia grave de vitamina C (ácido ascórbico) en la alimentación.
Recientemente, un hombre de mediana edad acudió al hospital quejándose de la aparición de pequeños puntos dolorosos y rojos en sus piernas. También se detectó orina en su sangre y se observó que tenía una gran anemia. La sintomatología era confusa y los médicos que lo atendieron dudaron sobre su origen. Sin embargo, todo se resolvió al comprobar en una analítica que sus niveles de vitamina C en sangre eran indetectables.
Al indagar en el historial del paciente, se descubrió que su economía era tan pobre que no le permitía comprar prácticamente alimentos frescos. Su dieta no contenía frutas ni verduras y, por si fuese poco, también había abandonado el consumo de suplementos por su elevado precio.
Sin suficiente vitamina C, el cuerpo no puede reparar adecuadamente los tejidos, curar heridas ni combatir infecciones. Esto puede provocar una serie de síntomas, entre ellos:
La razón por la que los marineros caían enfermos era porque la dieta a bordo de los barcos que hacían largas travesías oceánicas durante el renacimiento incluía alimentos que se pudiesen conservar relativamente bien durante largo tiempo.
La fruta y la verdura se consideraban demasiado perecederas para acumularlas en los barcos. Por eso, los marineros podían pasar meses y meses sin consumirlas y por ello enfermaban e incluso morían. De hecho, en una expedición inglesa de 1740 por el océano Pacífico murieron por esta causa 1.300 de los 2.000 hombres que viajaban en los barcos.