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SALUD MENTAL FUTURA
La clave está en más de 100 genes vinculados a este enfermedad, según un nuevo estudio.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que a escala mundial afecta a aproximadamente 24 millones de personas, es decir, a 1 de cada 300 personas. En España hay cerca de medio millón de personas diagnosticadas, según los datosdel Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental. El problema es que aproximadamente el 40 % no reciben tratamiento. La detección temprana resulta fundamental.
Hasta la fecha, los expertos habían asumido durante más de un siglo que los genes vinculados al riesgo de esquizofrenia se relacionaban principalmente, si no exclusivamente, con el cerebro. Pero una reciente investigación, publicada en 'Nature Communications', descubrió que la placenta juega un papel mucho más importante en el desarrollo de la enfermedad de lo que se pensaba.
"El secreto de la genética de la esquizofrenia se ha estado ocultando a simple vista: la placenta, el órgano fundamental para apoyar el desarrollo prenatal, inicia la trayectoria de desarrollo del riesgo – explica Daniel Weinberger, líder del estudio, en un comunicado–. La opinión comúnmente compartida sobre las causas de la esquizofrenia es que los factores de riesgo genéticos y ambientales juegan un papel directo y solo en el cerebro, pero estos últimos resultados muestran que la salud de la placenta también es crítica".
Los investigadores encontraron que los genes de la esquizofrenia influyen en una función crítica de la placenta para detectar los nutrientes en el torrente sanguíneo de la madre (incluido el oxígeno), e intercambiar nutrientes en función de lo que encuentre.
Básicamente lo que ocurre es que los genes de riesgo de esquizofrenia se expresan más débilmente en las células de la placenta que forman el núcleo de este intercambio de nutrientes materno-fetal, llamados trofoblastos, lo que afecta negativamente el papel de la placenta en la crianza del feto en desarrollo.
El estudio también identifica varios genes en la placenta que son factores causantes de la diabetes, el trastorno bipolar, la depresión, el autismo y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH. Pero el equipo de Weinberger descubrió muchas más asociaciones genéticas con los genes de la esquizofrenia que con cualquiera de estos otros trastornos.
Entre las conclusiones, los autores señalan también que los genes de riesgo de esquizofrenia que se encuentran en la placenta pueden tener un efecto relativamente mayor sobre la heredabilidad, la probabilidad de enfermedad heredada de los antepasados, que los genes de riesgo que se encuentran en el cerebro.
"Apuntar a la biología de la placenta es un nuevo enfoque potencial crucial para la prevención, que es el santo grial de la salud pública – añade Gianluca Ursini, coautor del estudio –. Los científicos podrían detectar cambios en los genes de riesgo placentario décadas antes de la posible aparición de un trastorno, posiblemente incluso en el torrente sanguíneo de la madre durante el embarazo. Si los médicos supieran qué niños corren mayor riesgo de sufrir trastornos del desarrollo, podrían implementar intervenciones tempranas para mantener su salud mental estable".
Los científicos también encontraron diferencias vinculadas al sexo en los genes de riesgo de placenta: diferentes genes tenían un vínculo mayor con el riesgo de esquizofrenia en función de si la placenta procedía de un niño o una niña. De hecho, en los embarazos de niños varones, los procesos inflamatorios de la placenta parecen jugar un papel central como muestran estudios anteriores ya que los hombres son más vulnerables que las mujeres al estrés prenatal. En términos generales, los trastornos del desarrollo como la esquizofrenia ocurren con mayor frecuencia en varones.
El equipo de Weinberger espera que su estudio de los genes de la placenta algún día conduzca a nuevas herramientas de tratamiento y diagnóstico, lo que revolucionaría el campo de la medicina prenatal.
"En la era moderna de la medicina genética y molecular, el tratamiento estándar para un embarazo complicado sigue siendo principalmente el reposo – concluye Weinberger –. Estos nuevos conocimientos moleculares sobre cómo los genes relacionados con los trastornos del cerebro y otros órganos se desarrollan en la placenta ofrecen nuevas oportunidades para mejorar la salud prenatal y prevenir complicaciones más adelante en la vida".