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DOS EMPRESARIOS
Este cuesta 20 millones y la idea es demostrar que es seguro.
Hace casi un año, el pasado 18 de junio, el submarino Titan emprendía un viaje con cinco personas (cuatro pasajeros y un piloto) a bordo para conocer el naufragio del Titanic. Una hora y 45 minutos después de su inmersión, se le perdió la pista y cuatro días después la búsqueda finalizó.
El sumergible sufrió una implosión, un hundimiento y rotura hacia dentro de las paredes de un recipiente, el mismo día que emprendía su viaje a causa de una grieta que habría acabado con la vida de sus cinco ocupantes.
Ahora, casi un año después, hay empresarios que aspiran a retomar esa senda tras aprender de los errores del Titan y enmendarlos. Por ello, el inversor Larry Connor tiene planeado descender hacia el sitio donde se hallan los restos del transatlántico en compañía del cofundador de la empresa de submarinos Tritón, Patrick Lahey.
"Quiero mostrarle a la gente de todo el mundo que, si bien el océano es extremadamente poderoso, puede ser maravilloso y placentero y cambiar la vida si se aborda de la manera correcta", ha declarado Connor a The Wall Street Journal.
Larry Connor tiene pensado descender hasta lo más profundo del océano en un submarino de 20 millones de dólares que ha tardado 10 años en construirse: el Tritón 4000/2 Abyssal Explorer.
Se trata de un sumergible bien distinto al Titan de OceanGate. El sitio web de Tritón Submarines lo describe como "una plataforma flexible y de alto rendimiento diseñada específicamente para aplicaciones profesionales" capaz de sumergirse a 4.000 metros de profundidad.
Además sus medidas son impactantes. Tiene 4,45 metros de largo, 3 de alto y 2,75 de ancho, similar a cualquier camioneta grande.
A pesar de que Tritón Submarines ya tiene la tecnología necesaria para poder construir uno de sus ejemplares más poderosos, todavía no se ha anunciado fecha en la que se "sumergirán" en este viaje.