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CURIOSIDAD
Más allá de la exageración, "morirse de aburrimiento" puede ser perjudicial para nuestra salud. La ciencia ha demostrado que aburrirse durante una reunión de trabajo o una tarde de domingo no es tan inofensivo como pensamos.
El aburrimiento es un estado de ánimo muy común que se produce por falta de estímulos, falta de diversión o por la monotonía y la rutina continua, algo que a largo plazo puede llegar a perjudicar nuestra salud.
El University College de Londres llevó a cabo un estudio donde trabajó con más de 7.000 personas durante 25 años. En él se detectó que aquellas que se aburrían con mayor frecuencia tenían un 40% más de probabilidades de morir. Esto se explica en los malos hábitos que pueden derivar de la falta de estímulo y entretenimiento, como fumar, beber alcohol o exceder el consumo de comida basura.
La investigación también explica la conexión que existe entre el aburrimiento y los bajos niveles de dopamina, la hormona del placer. Estos bajos niveles producen malestar y desmotivación, factores que se relacionan con el aburrimiento. Esto demuestra que aquellas personas más sensibles tienden a buscar compensarlo con conductas dañinas.
Expertos hablan así del llamado síndrome Boreout, es decir, hablan de que el aburrimiento extremo en el trabajo que puede generar estrés, desmotivación y problemas serios de salud mental.
Por tanto, la ciencia ha demostrado que el aburrimiento no mata de golpe, sino que puede llevarnos a adoptar malos hábitos que llegan a dañar nuestra salud y calidad de vida.