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PORCENTAJE DE SEGURIDAD
Aunque la meteorología es más precisa de lo que piensas, a veces también se equivoca.
En nuestro día a día solemos consultar qué tiempo va a hacer en el lugar en que vivimos o si por ejemplo nos vamos de viaje a cualquier sitio y queremos ver qué temperaturas tendremos.
En más de una ocasión seguro que a todo el mundo nos ha ocurrido que el tiempo nos decía que iba a llover y finalmente ha resultado que no, o ponía que estaría nublado y luego nos hemos encontrado con un cielo completamente despejado.
El ejemplo más reciente ha ocurrido hace un día. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se esperaban para este domingo pasado por la tarde lluvias torrenciales (Protección Civil envió incluso una alerta a todos los móviles que se encontraban en Madrid) y resultó que al final no tuvieron lugar en ese momento y se pasó de alerta roja a alerta naranja. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo se hacen las predicciones meteorológicas? Te contamos los detalles.
La predicción meteorológica se basa primero en la observación. Es decir, para saber qué tiempo hará, se controlan todas las variables que sabemos que llevan a que haga un tiempo u otro. Para ello tenemos las estaciones meteorológicas, los satélites y demás tecnología que nos permiten medir la humedad, el viento, la temperatura, la presión, la precipitación y otras variables.
Después necesitamos modelos matemáticos y ordenadores que los analicen. Con los datos de las observaciones, podemos predecir qué tiempo hará en los próximos días.
Cuando se consulta la predicción del tiempo, esta suele venir acompañada de un porcentaje. Este porcentaje nos indica cómo de seguros están los expertos, con los datos que manejan, de que la previsión es correcta. En definitiva, esto indica la probabilidad de que el fenómeno meteorológico ocurra. Si el porcentaje es grande, por ejemplo hay un 70 u 80% de previsiones de lluvia, esto indica que es más probable que llueva. Pero siempre existe la posibilidad de que no caiga agua del cielo.
Por lo que sí, hay veces que las predicciones se pueden equivocar, sobre todo cuando sobrepasan los cinco días; estas suelen ser bastante precisas. La meteorología no es una ciencia exacta, pero tampoco falla siempre. Solo hay que tener en cuenta las probabilidades de lluvia, viento o cualquier otro factor externo.