BASURA ESPACIAL PELIGROSA

Preocupan los restos de satélites que podrían matar a alguien si entran de nuevo en la atmósfera

Hay entre un 6 y un 10 % de probabilidades, sobre todo en el hemisferio sur, de que restos de algún cohete puedan herir o matar a una persona, según un estudio de la Universidad de British Columbia.

Cuando un cohete se lanza, algunas etapas o partes de su infraestructura se desatan del mismo una vez alcanzada la órbita. A pesar de que normalmente estas partes sueltas se quedan en el espacio como basura espacial, también podrían reentrar a la atmósfera terrestre y causar daños.

Un grupo de científicos de la Universidad de British Columbia se ha dedicado a investigar cuál es la probabilidad de que esta basura espacial vuelva a la atmósfera. En su estudio, publicado en 'Nature Astronomy', han afirmado que las etapas abandonadas de cohetes tienen entre un 6 y un 10 % de posibilidades de herir gravemente o matar a un ser humano.

Estas probabilidades las han calculado para la próxima década. Tras el desarrollo de su trabajo, los investigadores se han centrado en pedir a los distintos gobiernos que tomen medidas colectivas para exigir a las agencias espaciales y a las empresas que envían satélites al espacio que guíen de manera segura estas infraestructuras de vuelta a la Tierra.

Los científicos han destacado la importancia de que los humanos podrían estar más protegidos, aunque el coste del lanzamiento y el seguimiento de la reentrada a la atmósfera incrementaría el precio de estas actividades.

Etapas de cohetes sin control

Cuando se lanzan al espacio objetos como satélites, se utilizan cohetes, partes de los cuales a menudo se dejan en órbita. Si estas etapas sobrantes del cohete tienen una órbita lo suficientemente baja, pueden volver a entrar en la atmósfera de forma descontrolada. La mayor parte del material se quemará en la atmósfera, pero las piezas más grandes, y potencialmente letales, aún pueden caer al suelo.

Para obtener las probabilidades antes mencionadas, los investigadores de la Universidad de British Columbia analizaron más de 30 años de datos de un catálogo satelital público de Estados Unidos. A partir de esos datos, calcularon el riesgo potencial para la vida humana durante los próximos diez años, dada la tasa correspondiente de reingresos descontrolados del cuerpo del cohete, sus órbitas y datos de población humana.

Usando dos métodos distintos, los científicos descubrieron que las prácticas actuales tienen entre un 6 y un 10 % de posibilidades de que, si un escombro espacial cae en un área de diez metros cuadrados, dañe a una o más personas. Asimismo, el autor Michael Byers afirma en un comunicadoque no tenían en cuenta otros escenarios más concurridos, como un avión en pleno vuelo.

Si bien el riesgo para cualquier individuo es muy bajo, los científicos señalan que los desechos espaciales peligrosos que golpean la superficie de la Tierra están lejos de ser desconocidos, incluido un tubo de doce metros de largo de un cohete que golpeó un pueblo en Costa de Marfil en 2020, causando daños en edificios.

Además, según las observaciones de los autores, los lanzamientos espaciales están aumentando, por lo que "el riesgo acumulativo no es tan pequeño", explica otro autor, Aaron Boley. "Todavía no se han reportado víctimas ni ningún evento con víctimas en masa, pero ¿esperamos ese momento y luego reaccionamos, particularmente cuando se trata de vidas humanas, o tratamos de adelantarnos?".

Más posibilidades de caer en el hemisferio sur

El riesgo de que una etapa de un cohete golpee a una persona está entre el 6 y el 10 %. Pero es que, además, los autores de la investigación descubrieron que dicho riesgo lo asume, de manera desproporcionada, el hemisferio sur.

Este dato llama la atención porque los principales países que envían cohetes al espacio están en el norte. Sin embargo, los cohetes tienen, aproximadamente, tres veces más de posibilidades de caer en latitudes de Indonesia, Bangladesh o Nigeria que en Estados Unidos, China o Rusia. "Esto se debe a la distribución de órbitas utilizadas al lanzar satélites", explican.

Cómo se podría evitar este riesgo

Actualmente, existen ciertos diseños de misiones y cohetes que sí pueden eliminar el riesgo de reentrada descontrolada y herir a personas. Algunas soluciones pueden ser que los motores se vuelvan a encender o que la etapa cuente con combustible adicional para redirigir el impacto a una zona remota, por ejemplo, en el océano, como hará la NASA con la Estación Espacial Internacional en 2030.

Sin embargo, dotar de estos sistemas a todos los cohetes que se lanzan al espacio sería muy costoso. Además, en la actualidad no hay ninguna norma que obligue a las empresas o agencias espaciales a evitar estas reentradas peligrosas, según detalla Byers.

El autor clama que haya una "voluntad colectiva para hacerlo", ya que, según él, lo que proponen es "completamente factible". En investigaciones futuras, los científicos se centrarán en evaluar los posibles riesgos de cohetes de distintos tamaños, que pueden ir desde 20 kilogramos hasta 20 toneladas, por ejemplo.

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