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GRAN AVANCE
El estudio establece una clara diferencia entre lo que es indetectable y lo que es intransmisible: que el virus casi no aparezca en los análisis no quiere decir que no pueda transmitirse.
Desde las primeras investigaciones realizadas vinculadas al VIH, hace ya 40 años, la ciencia ha avanzado mucho. Se ha conseguido eliminarlo a través de terapias génicas y también de fármacos de nuevo diseño. Pero no solo en las curas se ha centrado la ciencia, también en la transmisión. Y el caso de las mujeres embarazadas ha recibido mucha atención.
A nivel mundial, en 2023 había 1,2 millones de mujeres embarazadas con VIH, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud. De ellas, aproximadamente el 84% recibió medicamentos antirretrovirales para prevenir la transmisión de madre a hijo. Estos fármacos pueden lograr la supresión viral a niveles indetectables y permitir a las mujeres tener una concepción, un embarazo y un parto vaginal normales.
El VIH es un virus que ataca el sistema inmunológico del cuerpo y se transmite a través de ciertos fluidos corporales, incluida la leche materna. La transmisión al bebé puede ocurrir durante el embarazo o el parto, o durante la lactancia. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (DCD) señalan que la terapia antirretroviral (TAR) reduce sustancialmente el riesgo de transmisión al bebé.
Para las madres que reciben TAR y tienen una carga viral de VIH indetectable sostenida durante y después del embarazo, el riesgo de transmisión a través de la lactancia materna es inferior al 1%, pero no cero. Y un reciente estudio publicado en Annals of Internal Medicine así lo demuestra.
En lo que constituye el primer informe de este tipo, un equipo de científicos de la Universidad de Buenos Aires evaluó el reservorio de VIH en las células de la leche materna de dos mujeres que viven con VIH y que habían estado en un tratamiento exitoso a largo plazo.
Si bien no encontraron ningún signo de VIH intacto o activo que pudiera causar la infección en otras personas, no se pudo descartar por completo el riesgo de transmisión en la leche materna. Según los autores, estudios como este son cada vez más importantes a medida que las pautas de alimentación infantil para las personas que viven con VIH.
Lo que hay que tener claro es que hay una gran diferencia, afirma el estudio, entre indetectable e intransmisible. Lo primero no significa que las personas con VIH que tienen una carga viral indetectable no puedan transmitir el virus.
Aunque esto era algo que se intuía, aún no se había demostrado en el caso de la lactancia materna, ya que el riesgo de transmisión sigue siendo muy pequeño. Durante muchos años, las directrices de los países desarrollados se centraron en evitar cualquier riesgo, incluso los más pequeños, desalentando la lactancia materna en las personas con VIH. Recientemente, directrices como las suizas y las de los Estados Unidos han comenzado a considerar la importancia de tomar decisiones informadas y compartidas entre pacientes y médicos.
Para llegar a esta conclusión, los autores se basaron en tres voluntarias y evaluaron el virus libre y el ADN del VIH asociado a células en la leche materna durante las primeras 7 semanas de lactancia de todas ellas. La primera es conocida como la paciente Esperanza: una mujer con 9 años de control viral espontáneo. La segunda es una mujer con VIH que recibía TAR y cuyas cargas virales eran indetectables desde hacía más de 5 años y finalmente una paciente de control.
Los resultados mostraron que en las mujeres con VIH se detectaron niveles muy bajos de ADN celular del VIH (entre 0,08 y 0,74 copias de ADN del VIH por millón de células). Después de analizar 14 millones de células de "Esperanza" no se detectó ningún provirus del VIH mediante la secuenciación proviral y en 11 millones de células de la mujer que recibía antivirales a largo plazo, detectaron solo 4 copias defectuosas del VIH con grandes deleciones internas. Según los autores, estos datos son tranquilizadores, pero les llevan a mantener la postura de que indetectable no quiere decir que no haya posibilidad de transmisión. Por ello proponen nuevos estudios con una mayor población y más variables que tengan en cuenta diferentes tratamientos antivirales, factores genéticos, alimenticios y también de salud.