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Los latidos del corazón están directamente relacionadas con el cerebro, pues a través de señales que ayudan a sincronizar distintas áreas del cerebro, estos moldean pensamientos y emociones.
El corazón es un órgano que actúa como una bomba al enviar sangre a todo el cuerpo, transportando nutrientes y oxígeno y eliminando desechos. Pero no solo eso, también manda señales que afectan al cerebro.
Cada latido genera información interna que actúa como guía de la actividad neuronal, regula la atención, influye en las emociones y moldea la memoria. Una investigación llevada a cabo por el Instituto HeartMath ha explicado que uno de los procesos a través del cual el corazón se comunica con el cerebro y con el cuerpo es la actividad neurológica.
El corazón tiene su propio sistema nervioso, y gracias a él, puede enviar señales que ayudan a sincronizar distintas áreas del cerebro y calibrar la forma en la que respondemos emocionalmente.
A pesar de ello, no siempre es el cerebro el que guía al cuerpo, sino que el ritmo cardiaco también puede moldear pensamientos y emociones. Esto es posible gracias a su comunicación bidireccional constante, mediada por el nervio vago y señales electromagnéticas y bioquímicas.
Es por todo ello por lo que entrenar la percepción de los latidos puede mejorar la regulación emocional, la empatía y la toma de decisiones. Los latidos del