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FENÓMENOS
Desde hace días se han levantado miles de teorías en torno a Marte, los extraterrestres y lo que parece una "puerta", pero esto no es otra cosa sino el efecto de la pareidolia.
Hace diez años, la NASA envió a nuestro planeta vecino, Marte, lo que llamaron el 'Curiosity', una especie de todoterreno espacial enviado para explorar el planeta rojo y responder la gran pregunta: ¿hay o había vida en Marte?
Tras rodar y rodar durante años, hace menos de dos semanas una imagen del Curiosity zarandeó las redes y los amantes de la ciencia ficción empezaron a idear todo tipo de teorías. Sin embargo, la ciencia por fin ha puesto nombre al gran misterio conocido como la "puerta" o "puerta alienígena".
Si observas la imagen detenidamente puedes distinguir una especie de cavidad que se asemeja a la entrada de un pasadizo o una cueva. Sin embargo, ni se trata de la entrada a Naboo ni de un escondite alienígena. Para dar respuesta al enigma, el geólogo Sanjeev Gupta, que ha trabajado en la misión del Curiosity, ha explicado en The Daily Telegraph que se trata de un proceso geológico normal y que la "puerta", al fin y al cabo, es una fractura.
Este tipo de procesos son comunes tanto en la Tierra como en Marte y no es algo que haga saltar las alarmas. Es más, muchos científicos han asegurado que la imagen puede ser engañosa y lo que parece una puerta enorme en realidad es un pequeño agujero de no más de 30 o 40 centímetros.
Así es, el fandom de Star Wars y otras sagas alienígenas no estará muy entusiasmado con la noticia, pues en ningún caso se puede confirmar que se trate de una excavación realizada por extraterrestres. Los científicos apuntan a que es una extraña coincidencia fruto de posibles terremotos en el planeta rojo.
¿Por qué nuestro cerebro ve una puerta?
Seguramente más de una vez te ha pasado que has mirado algo y le has encontrado una forma reconocida. Hablamos, por ejemplo, del efecto que se produce cuando de repente vemos conejos en las nubes y caras en las rocas. Esto tiene nombre y se llama pareidolia.
La pareidolia es un fenómeno psicológico que se produce nada más y nada menos que por nuestro proceso evolutivo. Así, nuestro cerebro está configurado para asociar formas y reconocer rostros y, por ende, para facilitar la interacción social. Este reconocimiento empieza desde que somos pequeños y parece ser que no es que los niños sean más imaginativos, sino que su cerebro se está esforzando más que el nuestro en aprender a identificar patrones y formas.
Por tanto, en un mundo cambiante y donde cada persona va evolucionando física y psicológicamente, si no tuviéramos la capacidad de seguir identificando esos patrones y continuidades, no podríamos reconocer a nadie.
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