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CURIOSIDADES DEL MUNDO ANIMAL
Un estudio responde estas dudas y otras vinculadas al sexo y la edad de los perros.
Se sabe que los lobos tienen sus propios dialectos a la hora de aullar lo que demuestra lo sofisticada que es esta forma de comunicación. Pero a la hora de hablar de los perros… ¿pasa lo mismo? Sabemos que hay herencias genéticas que han pasado de los lobos a los perros, como por ejemplo mutaciones que determinan su tamaño, pero de los aullidos se sabe muy poco.
Cuando escuchamos un aullido, lo primero en lo que pensamos es en lobos, pero esta forma de comunicación también está muy extendida entre coyotes, zorros, chacales y perros. Lo usan para comunicarse a larga distancia con otros, marcar los límites del territorio y para definir la posición de otros que, en la mayoría de los casos, también responden con aullidos.
Pero, ¿qué ocurre con sus primos domesticados, los perros? ¿Por qué aúllan? ¿Lo hacen las razas más cercanas a los lobos? ¿Es más frecuente en machos o en hembras? ¿Jóvenes o viejos? La creencia general es que algunas razas, principalmente aquellas más cercanas genéticamente a los lobos, aúllan con frecuencia, mientras que otros nunca aúllan ni una sola vez en su vida.
Para responder a estas dudas, un equipo de científicos de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE, en Hungría) han investigado las reacciones de los perros a los aullidos de los lobos y los resultados se han publicado en 'Communications Biology'. Los autores, liderados por Fanni Lehoczki, analizaron la respuesta de 68 perros de pura raza a grabaciones de aullidos de lobos.
"Según nuestros resultados – señala Lehoczki en un comunicado–, las razas que son genéticamente más similares a los lobos son más propensas a responder con sus propios aullidos a las reproducciones de aullidos de lobo. Por otro lado, las razas más lejanamente relacionadas con los lobos o razas modernas, normalmente reaccionaban con ladridos en lugar de aullidos. Parece que aunque el aullido está presente en el repertorio de la mayoría de las razas, perdió su funcionalidad debido al cambio del entorno social, por lo que las razas modernas ya no lo utilizan en situaciones adecuadas. Además descubrimos que las razas que aúllan más también muestran más comportamientos relacionados con el estrés en esta situación".
Esto, según el estudio podría tener relación con que las razas genéticamente más cercanas a los lobos, pueden procesar la información codificada en los aullidos de los lobos mejor que las razas modernas y eso les llevaría a estresarse: sienten que están en territorio ajeno. Pero aquí es cuando entra otra variable: la edad.
"Curiosamente – añade el coautor Tamás Faragó –, este efecto genético sobre los aullidos ocurre solo entre perros mayores de cinco años. Es posible que, de acuerdo con nuestra hipótesis, que los aullidos que aparecen con un mayor nivel de estrés sean una reacción de miedo, los perros mayores sean más temerosos, lo que ya sugieren estudios anteriores, pero estas especulaciones requieren más investigación".
Pero no solo la genética, la raza y la edad juegan un papel importante en la relación entre aullidos y perros. También hay que tener en cuenta factores como el sexo y hasta el estado reproductivo.
"Lo que encontramos – concluye Lehoczki – es que algo está pasando con las hormonas sexuales masculinas, ya que no hay diferencia entre las hembras, pero sí entre los machos castrados y lo no castrados". Los primeros, que carecen de testosterona, aúllan más en respuesta a las grabaciones. Teniendo en cuenta que estudios previos sugieren que los machos castrados son más temerosos, el aullido de estos perros puede significar: "No te acerques, tengo miedo".
Los hallazgos respaldan la hipótesis de que la domesticación y la crianza selectiva por parte de los humanos cambiaron el repertorio vocal de los perros. Este estudio nos permite comprender mejor el impacto que hemos provocado en nuestra historia con nuestros "mejores amigos".