Un asteroide "potencialmente peligroso", de hasta 1,2 kilómetros de diámetro, se acerca el viernes a la Tierra
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MARCAS DE NACIMIENTO SORPRENDENTES
Desde que en 1864, el científico y patólogo alemán alemán Van Heusinger, documentara los primeros casos de esta anomalía de congénita, hemos conseguido saber un poco más de estos diminutos agujeros en la parte superior de las orejas. Se forman a los seis meses de gestación y su causa es exclusivamente genética y evolutiva.
Según un estudio reciente, solo un 1% de la población caucásica presenta esta particularidad física y se estima que entre un 4% y un 10% de asiáticos y africanos tienen estos agujeros. De hecho, en Kenia existe una leyenda que trata esta anomalía como una bendición y muestra de salud. Todavía no se sabe el porqué de esta mayor incidencia, pero sí sabemos que un 50% de los afectados tiene estos 'hoyos' en las dos orejas y la mitad restante solo en una.
Una de las teorías que corroboran el origen evolutivo de esta rara característica humana es la de Neil Shubin. Este científico norteamericano saltó a la fama gracias a su libro 'Your inner fish', que establece las similitudes entre humanos y peces. En sus estudios situó el 'preauricular sinus' como una herencia de las agallas acuáticas.
Normalmente, tener estos pequeños agujeros en las orejas no supone un gran problema, pero en algunos casos podría implicar consecuencias adversas. El mayor problema potencial son las infecciones, aunque es poco frecuente que lleguen a suponer un riesgo serio. Su curación se basa en un procedimiento fácil en el cual se extrae o drena el seno afectado y se termina con un tratamiento antibiótico.
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